Por Julio Herrera

Un incierto panorama para el Perú en los próximos meses como resultado de la pandemia y la recesión económica es el pronóstico que algunos analistas políticos observan responsabilizando principalmente al Gobierno, el cual habría equivocado las medidas sociales adoptadas durante la pandemia después de un auspicioso comienzo al ser el Perú uno de los primeros países en América Latina en entrar en cuarentena en la segunda quincena de Marzo. Pese al acertado inicio frente a la pandemia, el Gobierno, durante la cuarentena, habría recurrido al populismo, caído en la corrupción y descuidado a millones de seres humanos en la pobreza en beneficio de las grandes empresas, llevando al país a un paso del desborde social.

Para el sociólogo Nicolás Lynch, que el Perú sea el país en América Latina  con más contagios y fallecidos por cantidad de habitantes es producto de las políticas de los gobiernos de los últimos 30 años. “Es un reflejo de lo que es y ha sido el Perú. Es un país con una profunda desigualdad social agudizada por los 30 últimos años de predominio neoliberal y que se ha encontrado históricamente a la cola de América Latina en el gasto social. Creo que sólo Bolivia en los últimos 10 o 15 años sobrepasó al Perú con el peor índice de gasto en salud. Nuestro sistema de salud actual es un desastre”, señala Nicolás Lynch en declaraciones al medio digital NODAL.

En opinión de  Nicolás Lynch, la pobreza y el desempleo en el Perú hacen que el principal problema no sea la pandemia, sino el riesgo a que se produzca un desborde social. “Es indudable que los sectores más afectados han sido los más pobres. Perú tiene una característica que comparte con América Latina pero que se da con mayor agudeza y es que sucesivos gobiernos neoliberales han sido más o menos exitosos en ocultar que entre el 75 y el 80 por ciento de la población económicamente activa, según las propias estadísticas oficiales, está en el sector informal. Es decir, está subempleada, tiene un trabajo precario y un ingreso que no cubre sus necesidades básicas. Estamos hablando de las tres cuartas partes de los trabajadores peruanos. Por lo tanto, empiezan a salir de sus casas y a romper con toda regla que se les imponga porque día que no salen es un día que no comen. Son artesanos, comerciantes o vendedores ambulantes que llenan las calles de Lima, etc. Ahí el golpe ha sido muy fuerte y el principal problema que afronta hoy el país yo diría que no es el coronavirus, son el hambre y las posibilidades de un desborde social producto de esta consecuencia nefasta de la pandemia”, explica Nicolás Lynch a NODAL.

De similar opinión es el analista político Fernando Rospigliosi, quien coincide en señalar que es muy alto el riesgo a que se produzca un desborde social como resultado de la aplicación de una equivocada política populista. “La prolongación de una rígida cuarentena, toque de queda incluido, a lo largo de seis semanas ha llevado a lo que era previsible: el virus sigue expandiéndose y la economía se está derrumbando, en particular la de millones de peruanos de bajos recursos (…) Pero ahora la situación es peor, porque la parálisis de la economía está provocando pérdidas irrecuperables. Millones de personas sin empleo y sin ingresos, empresas quebradas, las arcas del Estado desangradas y todo esto en el contexto de un mundo en recesión (…) Lo que vendrá, además de la inevitable expansión del virus, es un desborde social difícil de contener que, como ya se puede vislumbrar, el gobierno y los políticos que compiten con él en populismo tratarán de esquivar con políticas más desastrosas aún…”, afirma Rospigliosi en su columna de El Comercio.

Para el analista y experto en seguridad, César Ortiz Anderson, la amenaza de un desborde social como resultado de los errores cometidos por el Gobierno durante la pandemia se encuentra latente. “El orden y la convivencia en la sociedad peruana están a punto de colapsar como resultado de los errores cometidos por el Gobierno durante la pandemia del coronavirus. El hambre empieza a desesperar a los millones de seres humanos que viven en los cinturones de pobreza que rodean a la ciudad capital Lima y a las ciudades peruanas más densamente pobladas: Trujillo, Chiclayo, Piura, Iquitos, Chimbote e Ica. La cuarentena y prolongado aislamiento forzado al que se ha sometido a la población peruana está llevando a la muerte lenta por inanición a millones de personas que viven en la extrema pobreza. Se dice que en el Perú se le teme más al hambre que al coronavirus. Uno de los errores más graves cometidos por el Gobierno ha sido no haber desarrollado ningún plan de emergencia alimentaria en las zonas de extrema pobreza distribuyendo masivamente alimentos a la población, distribución que debe estar a cargo de las Fuerzas Armadas, que es la institución especializada en acudir al rescate de la nación en situaciones extremas, y no como se ha venido haciendo a través de las municipalidades o gobiernos locales, que han demostrado una vez más su falta de capacidad en caso de desastres humanitarios. En vez de esto, optó por la solución financiera, otorgando bonos a través del sistema bancario en un país en el que más del 40% de la población por debajo del límite de la pobreza no tiene una cuenta corriente, con un 70% de la PEA en la informalidad ”, comenta Ortiz Anderson en un artículo de opinión publicado por Portada Hispana.

“Ante esta situación, la población, que en más del 45% ha perdido sus empleos como consecuencia de la crisis económica originada por la pandemia, ha empezado a desobedecer la orden general de aislamiento social y se ha volcado a las calles en busca del sustento diario ocasionando que el problema sanitario se agrave aún más, impidiendo el control de la pandemia y provocando su mayor propagación llevando al colapso a todos los hospitales a nivel nacional. Los diversos medios de comunicación dan cuenta a diario, que en distritos como la Victoria, Zonas de Lima Cercado y Distritos de los Conos de la ciudad, la gente ya no está haciendo caso, cada día se nota más desesperación, la gente reclama que no tiene qué comer, que ya les da igual el infectarse o que sus familias mueran de hambre”, advierte Ortiz Anderson.

Para el secretario general de la Confederación Central de Trabajadores del Perú (CGTP), Gerónimo López, el Gobierno del presidente Vizcarra ha prestado más atención a las grandes empresas que a millones de pobres, lo que llevará al pueblo a una gran reacción social. “Si esta situación con­tinúa como hasta hoy, va a haber una gran reacción social del pueblo, y vamos a tener que salir a las calles a protestar porque ya no po­demos seguir indiferentes ante esta crisis. Lo que ha hecho el Ejecutivo es privilegiar a los grandes empresarios con 30 mil millones de soles en Reactiva Perú, con el cuento de generar empleo, mientras que al resto de trabajadores los sacrificó disponiendo el uso de la CTS y los fondos de las AFPs para afrontar la cuarentena. Las empresas no renova­ron contratos a miles de trabajadores que quedaron en la calle y sin embargo se beneficiaron con varios privilegios. A pesar de que la norma dice que para la suspensión perfecta tiene que haber un acuerdo entre las partes, la realidad es que los empresarios amedren­tan a los trabajadores y los bonos no han llegado a la gran mayoría de peruanos y peruanas que siguen pa­sando hambre y se encuen­tran en una situación de miseria”, señala Gerónimo López en declaraciones a Diario UNO.

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