Por Oscar Manuel Rodríguez Ochoa, “LUY”*

La humanidad en su infinito transitar, traza un sendero constante, en una realidad que construye en tiempo presente. Es el caso de que muchos afirman que el destino es inexistente y para comprenderlo con mayor razón basta saber que las líneas del tiempo están en permanente transformación. Lo que en el presente está previsto para el futuro lo podemos cambiar en el ahora, es así que nada está escrito. Hay diversas disciplinas que nos revelan lo que sucederá en momentos posteriores: las cartas, el tarot, lectura del café, etcétera, sin embargo, estas tienen como propósito principal dar un panorama para prever y usar las herramientas necesarias en nuestro instante actual para prepararnos y hacer los ajustes pertinentes con el fin de generar un mejor futuro.
La mayoría de los medios de comunicación trazan escenarios catastrofistas de la pandemia Covid- 19, que está originando una programación mental colectiva orientada a crear bajas densidades y pensamientos alejados de nuestra conexión con la fuente. Se crea angustia, dolor, frustración y sobre todo miedo. Al manifestar todas estas emociones, la humanidad crea una realidad que se encamina a seguir vibrando en esa misma dirección o lo que es lo mismo, se proyecta el miedo en una cadena que pareciera no tener fin, sin embargo, nosotros podemos cambiar el panorama que percibimos al ser creadores y co-creadores de nuestra existencia.
El consultar al corazón en contacto con nuestro yo superior, propicia una atmósfera de paz y armonía, pese al entorno envuelto en energías y vibraciones distintas a las nuestras, es decir, podemos ubicarnos dentro de un universo orientado a lo que deseamos encaminado hacia la luz y desasociado de la mente-ego. Crea a nuestro alrededor un ambiente en el que podemos apreciar un mundo de armonía y que llevamos dentro de nuestro ser, es la fórmula precisa para acceder a dimensiones superiores. La meditación más profunda se logra haciendo lo que más nos agrada como leer, hacer algún deporte o desarrollarnos en alguna actividad cultural, nos conecta con el universo y muchas veces con planos más elevados, pero lo más importante es que nos conecta con nosotros mismos.

El poder que los seres cósmicos poseen es infinito. Todo lo que se experimenta es producto de la conexión o por el contrario en desapego a la fuente. Las experiencias van en función directa con las energías que se emanan al universo mediante los pensamientos, sensaciones, palabras y visualizaciones. Cada quien es diseñador de su existencia dentro de sus procesos y nivel de conciencia vinculado a su vibración. Contrario a ello los medios de comunicación en la actualidad programan a su auditorio mediante bajas vibraciones a través de mensajes que ocasionan miedo, angustia y dolor. Es por ello que de principio lo indispensable para evitar la propagación de esta contaminación energética es alejarse por completo de estas fuentes informativas, ya que lo que logran es programar mentalmente a las personas dentro de una realidad oscura que los aprisiona en un escenario alejado y separado de sus facultades como seres de luz.
Cuando creemos que una cosa, situación o persona nos causa daños irreversibles estamos cediendo nuestro poder a ello. Es importante estar completamente convencidos que el poder es nuestro. Solo es cosa de reintegrarlo a nuestro subconsciente para que se manifieste conscientemente. Con nuestras facultades podemos ir y viajar a las experiencias que deseemos. Si nos imponen la creencia de que un virus es fulminante para la humanidad y así lo entendemos sin tener herramientas conscientes para discernir entonces se genera una integración en nuestro organismo.
En esta matrix dentro de la tercera dimensión los medios informativos, bajo el dominio de las élites involutivas y a su vez de las entidades controladoras, juegan un papel preponderante en una población mayormente dormida que se apega a sus lineamientos, dentro de un cúmulo de desinformación, donde las cifras de infectados están considerablemente alteradas, mientras que los reportes de fallecidos corresponden a casos cuyas causas son ajenas al denominado coronavirus.
Pero la manipulación va más allá si comprendemos que la propagación orientada por las antenas 5G son razón para producir falsos síntomas de Covid, y más aun si sabemos por otro lado que los mecanismos fabricados para detectar a infectados están programados en dar como positivo de Covid a cualquiera que padezca una infección de origen respiratorio. Es decir, los fines manipuladores desorientan de sobremanera a la población, ubicándola en completa indefensión y propagando el temor en las familias. Así colectivamente se está otorgando el poder a los orquestadores de este plan.
La matrix como una la realidad ficticia, nos impone entre otras cosas el uso de cubrebocas, que bajan la vibración a los individuos y se les separa manteniéndolos en sus hogares además de que se les indica guardar una distancia en la adquisición de sus compras y operaciones diversas. Hay que comprender que la real protección ante cualquier infección o enfermedad está dentro de nosotros y no fuera. La conexión con la fuente creadora elevando nuestra frecuencia mediante la energía del amor nos da la certeza de ser infinitamente poderosos ante toda adversidad.
El Covid es de vibración muy baja a los estándares de la humanidad. Quienes pudieran ser considerados propensos a ser contagiados son aquellas personas con defensas muy bajas, de emociones y pensamientos recurrentemente negativos en la mayoría de las veces originados por el miedo, y por ende, de baja vibración. Mientras se le inculque a la mente la creencia de un virus de alto poder, así lo creará dentro de sí y falsamente experimentará sus síntomas.
El plan llamado «coronavirus» impuesto por el gobierno en la oscuridad, se llevó a cabo con la finalidad de bajar la frecuencia vibratoria de los que aquí habitamos ante el importante ascenso de las energías planetarias y la elevación frecuencial de la humanidad encaminadas al salto cuántico rumbo a la quinta dimensión, donde todo es luz y se rompe en lo absoluto con la dualidad y las energías negativas: seres oscuros , sistemas de control, conflictos de todo tipo, dominación, espiación, transgresiones al libre albedrío , etcétera.
Desean imponernos un sistema de control absoluto conocido como » Nuevo orden mundial». Sin embargo, la ascención planetaria es infrenable y una tercera parte de la humanidad estará acompañando a nuestra madre tierra en su camino de elevación experimentando escenarios de paz, amor, y armonía dentro de una atmosfera conectada estrechamente a la fuente divina de la creación.
La labor que nos corresponde como seres de luz es empoderarnos en conexión con nuestro corazón y nuestro yo superior en un ejercicio donde nos reconocemos como co-creadores y chispas divinas con la misión de aportar amor a Gaia y a los seres que nos rodean, con plena conciencia de que todos somos uno, solo que en conjunto e individualmente constituimos el universo que diseña permanentemente sus estructuras internas mediante la energía del amor, expansivamente y con la trascendencia infinita que lo define universalmente. de la humanidad ante el virus.

* Profesor titular de “Dibujo Humorístico” en la Universidad de la República Mexicana y Director General del Círculo Mundial de Caricaturistas, Dibujantes e Ilustradores de la Agencia Mundial de Prensa de Nueva York

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