Por Luis Rojas

De MÁLAGA REPORTER

La Universidad es el lugar de cambio y auge de la consciencia, de la libertad que solo el conocimiento puede dar y de la independencia que recibimos al implementar los saberes en el desarrollo de nuestra vida profesional.

Nuestra historia en su dinámica de organización de las naciones ha padecido lamentablemente de regímenes autoritarios y de grandes dictaduras que socavan los principios de libertad fundamentales, con la ambición infructuosa de querer dominar el pensamiento y las doctrinas con el único fin de perpetrar su mandato. La Universidad como casa de formación humana también en reiteradas oportunidades fue objeto de persecución, amedrentamiento, destrucción y cierre de sus instalaciones; como es el caso de la Escuela de la Bauhaus cerrada en abril de 1933 en manos de la Alemania Nazi, lugar donde la barbarie se apodera de toda la comunidad universitaria cuando las manos criminales del partido Nazi castigan a más de medio centenar de personas, entre estudiantes y profesores, fueron asesinados, condenados a prisión o arrojados a campos de exterminio, según reseña Infobae.

En América Latina la persecución indiscriminada a las casas del saber superior también ha sido una práctica rutinaria de regímenes nefastos, como es el caso de la Universidad Argentina durante los años 1930-1977, con especial ensañamiento en los años de 1966-1973 con la autodenominada revolución argentina, intervalo de tiempo donde la violación de los derechos humanos fue protagonizada por la desaparición y la muerte de académicos. Hecho muy doloroso y lamentable que revela según el informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) el 21% de los desaparecidos eran estudiantes, según reseña UNICEN.

La Universidad Venezolana en los últimos 20 años ha sido objeto del resultado de malas políticas empleadas con el fin de socavar el derecho universal a una educación libre y plural. Desde el año 2007 siendo asfixiada presupuestariamente, pasando por infinitas violaciones en los últimos años a la autonomía universitaria y terminando con la incapacidad del Estado Usurpador Venezolano en proteger los bienes de la academia, hecho lamentable y al cual se refiere la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (AVERU) manifestando que “observan el silencio y omisión de los cuerpos de seguridad regional, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo y demás órganos del Estado, que deben velar por el resguardo de los bienes de las universidades, deber estipulado en el artículo 102 de la Constitución Nacional” refiere aula abierta.

Para los universitarios, la pandemia por Convid-19 ha sido un desafío por la crisis universitaria y una ola de desvalijamiento que se viene denunciando con especial ensañamiento en las Universidades Autónomas del país; dificultando la protección de las casas de estudios venezolanas donde solo en lo que va de año se han registrado alrededor de 72 hurtos a los campus, según refiere el correo del Orinoco; todos denunciados y bajo la mirada complaciente de los entes de seguridad del estado forajido venezolano, que por acción o por omisión permiten que los Bienes Nacionales sean objeto de robo y destrucción.

De las Universidades Autónomas Venezolanas esta destrucción y desvalijamiento viene ocurriendo incluso desde el 2014, con especial afincamiento hacia la Universidad De Oriente, quien ocupa el 51% del territorio nacional y que ha sido clave para el desarrollo del Oriente Venezolano en sus tiempos de auge; visión que fue desarrollada por su fundador Dr. Luis Manuel Peñalver y que fue clave en las políticas educativas cuando el 29 de marzo de 1960, el presidente de la república, Rómulo Betancourt, inaugura oficialmente la Universidad de Oriente; pronunciando un discurso que hoy en día sigue presente: «… Esta universidad va a permitir la formación de profesionales en las distintas ramas del saber humano, que aquí estudien y que aquí se queden… esos estudiantes de la Universidad de Oriente deben venir de todas las capas sociales, porque en este país debemos hacer cierta la fórmula de que dentro de la democracia la única aristocracia que existe es la del esfuerzo tesonero, laborioso y creador”. Sin embargo la destrucción y el ataque hacia la Universidad Venezolana durante el proceso de cuarentena no solo se da en la Udo hecho que reseña aula abierta: “La UDO no es la única con ataques recientes, hemos denunciado que la Universidad de Los Andes (ULA), Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad de Carabobo (UC), Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) y la Universidad del Zulia (LUZ) también fueron víctimas de estos asaltos y de otros incidentes de inseguridad.”

En Venezuela, los derechos fundamentales se encuentran en riesgo debido a que tenemos un régimen totalitario desconocido por parte de la comunidad internacional; los académicos hemos constatado que la persecución hacia nuestra Universidad Venezolana y hacia sus líderes no es otra cosa que el miedo al cambio político de nuestro país; el régimen nefasto de Nicolás Maduro persigue, amedrenta y además de eso permite la destrucción del patrimonio de la Nación, al final eso es la Universidad, hecho que relata aula abierta. No es un conflicto ideológico lo que hoy vive la academia en Venezuela, simplemente es el comportamiento perverso de personas inmorales que solo les interesa mantenerse en el poder; hecho que sustentamos al ver que se repiten patrones de otros regímenes autoritarios como es el caso de la Alemania nazi que quemaron libros el 10 de mayo de 1933 y la argentina de 1980, ambas, ideologías diferentes y tenían el único objetivo de adoctrinar a sus conciudadanos. La cuarentena en Venezuela parece a penas comenzar, debido a que nuestros país no ha tenido picos significativos de contagio; sin embargo las Universidades autónomas parecen estar al borde con respecto al último hecho: la quema de los libros de la biblioteca Central del Núcleo de Sucre de la UDO, hecho que relata NTN24 y nos llena de profundo dolor; sin embargo la Academia seguirá adelante, las ideas nunca mueren ni se evaporan.

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