POR VANESSA GUERE CANO

RED ODM DE PERÚ

The New York Times, prestigioso medio de comunicación de Estados Unidos y uno de los más prestigiosos del mundo, publicó recientemente un artículo en el que realizó un informe orientado a la grave crisis que nuestro país enfrenta, dejando en claro que, pese a las medidas adoptadas los problemas de corrupción y de desigualdad jugaron un rol importante frente al fracaso de controlar el COVID-19. ¿Sin embargo, esto es totalmente cierto?

En mi opinión, el gobierno peruano actuó de manera rápida al momento que dictó la cuarentena el 15 de marzo de 2020, apenas 9 días después de conocido el primer caso y sin que hubiera ocurrido la primera muerte. Muy distinto ocurrió en países como Italia y España dictando sus cuarentenas cuando había más de 9 mil casos de coronavirus y 463 fallecidos. Se puede decir que las medidas de confinamiento en el Perú fueron más drásticas y prontas que en Chile, Argentina, Panamá y Colombia, pero en términos de salud fue la medida más recomendada y eficiente para detener la expansión del virus.

No obstante, en el aspecto económico el gobierno anunció el 16 de marzo que asistirían a las familias de bajos recursos durante el periodo de la cuarentena, entregándoles un primer bono de 380 soles; luego el 27 de marzo un segundo bono por el mismo monto y, al ver que la cuarentena no se respetaba en su totalidad y ante la necesidad de extender la misma, el gobierno impuso un bono casi universal de 760 soles para los meses de mayo y junio. A pesar de ello, la entrega del bono ha sido sumamente discutible, puesto que miles de familias de bajos recursos no llegaron a beneficiarse y muchas otras que sí cuentan con posibilidades de sustento fueron beneficiadas. Quiere decir “Una total desorganización e injusticia” causada por la falta de prevención al no contar con datos actualizados de los beneficiarios y la corrupción enquistada en el Estado.

Ante esto, la ministra María Antonieta Alva del Ministerio de Economía y Finanzas, indicó que el Gobierno sabe que los bonos no han llegado a todas las familias necesitadas, por lo que es necesario focalizar a los hogares que no hayan sido incluidos. Para esto el INEI saldrá a focalizar las familias en las periferias de Lima y luego en otras ciudades grandes del país.

Podemos decir que el Estado peruano cuenta con ahorros para el país, pero es ineficiente al momento de desembolsar y/o repartir equitativamente a las familias necesitadas.

Según el artículo publicado por The New York Times, Martín Vizcarra siguió los mejores consejos con la llegada del coronavirus y ordenó uno de los primeros y más estrictos confinamientos de América Latina, además de otorgar uno de los mayores paquetes de ayuda económica a los ciudadanos que se quedaran en casa. Sin embargo, en vez de ser aplaudido como modelo, Perú se ha convertido en uno de los epicentros más críticos del coronavirus en el mundo: sus hospitales están abarrotados de pacientes y la gente “sana” huye de la ciudad capital a sus ciudades natales. La crisis ha estropeado el barniz de progreso económico de Perú, y expuso la desigualdad y la corrupción fuertemente arraigadas que han obstaculizado la respuesta a la pandemia.

Los datos del Minsa, hasta el 20 de junio, informa que se tienen 10,577 pacientes hospitalizados con Covid-19, de los cuales 1,143 se encuentran en UCI (unidad de cuidados intensivos) con ventilación mecánica. Del total de casos positivos reportados a la fecha 138,763 personas cumplieron su período de aislamiento domiciliario o fueron dados de alta de un establecimiento de salud.

Pero, reportes nacionales como internacionales señalan que la cifra real de fallecidos podría ser tres a cuatro veces más la oficial.

En cuanto a la desigualdad, Hugo Ñopo, investigador del grupo GRADE, sostiene que ésta se ve reflejada cuando: “Nos piden a todos quedarnos en casa, sin tomar en cuenta que hay muchas personas que no tienen ahorros o trabajo fijo, y eso ha sido un problema constante en la falta de cumplimiento de la cuarentena. Atinaron a pedirnos lavarnos las manos, sin pensar que solo uno de cada tres hogares pobres tiene acceso a una red de agua potable”. Solo la mitad de los hogares peruanos tiene refrigeradoras, agregó, lo cual obliga a muchas familias a volver a diario a los mercados abarrotados, el cual es un gran foco de contagio.

Ante todo, podemos ver la necesidad de las personas y el dilema que enfrentan ante la pandemia: “la enfermedad o el hambre”. Si antes de la pandemia padecían necesidades, ahora con el confinamiento y sin ser beneficiadas con ningún bono, con hijos que alimentar, sin servicios básicos de agua potable, se ven indefensas ante este peligroso virus. Podemos entonces entender el grado de contagios y de dificultad que nuestro país refleja, por la gran desigualdad de condiciones entre los ciudadanos de distintos sectores de todo el Perú. Asimismo, nuestro sistema de salud nunca estuvo bien equipado y esto pudo corroborarse en la falta de respuesta eficiente ante la pandemia.

En cuanto a la corrupción, según el análisis del The New York Times, es otro de los grandes obstáculos arraigada que Martín Vizcarra prometió enfrentar desde que asumió el cargo. Sosteniendo que: “Tres expresidentes de Perú han estado en la cárcel en relación con una investigación en curso sobre sobornos, al igual que la líder de la oposición. Otro ex presidente se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado y otro más está encarcelado después de múltiples condenas por violaciones a los derechos humanos, malversación de fondos y abusos de poder”.

Asimismo, la publicación del diario Gestión nos dice que:” La Procuraduría Pública Especializada en Delitos de Corrupción (PPEDC) interpuso 264 denuncias ante el Ministerio Público por presuntos actos de corrupción ocurridos en el contexto del estado de emergencia nacional por el coronavirus (COVID-19).Según el Boletín Informativo N°01 “Corrupción en la Emergencia Sanitaria covid-19”, elaborado por la procuraduría, se advierte que los delitos de corrupción con mayor incidencia en los que habrían incurrido determinados servidores públicos son el peculado, colusión y negociación incompatible”.

El estudio realizado refiere que, al 4 de junio, existen más de 700 investigaciones fiscales por presuntos delitos contra la administración pública desde que se decretó el estado de emergencia. Los hechos, en su mayoría, están asociados a las contrataciones públicas de bienes y servicios, tales como adquisición de implementos de bioseguridad, equipos médicos, productos de limpieza y aseo personal, alimentos, entre otros.

Al final, ¿Qué sucederá con el Perú? Bueno, si el gobierno no tiene la capacidad de afrontar tal situación, lo único que nos queda como sociedad es ser precavidos en cuanto al contagio y no ser indiferentes ante las necesidades de las personas de extrema pobreza. ¡AYUDARNOS, COMO PERUANOS! No siendo participes de injusticias y seguir fervientes en la lucha contra la corrupción.

REFERENCIAS  BIBLIOGRAFICAS

  • Mitra Taj y Anatoly Kurmanaev. «El virus exhibe las debilidades de la historia de éxito de Perú». En The New York Times. América  Latina [En línea]: https://nyti.ms/2VvzWQK [Consulta: 20 de junio de 2020].
  • «Ministra de Economía: INEI saldrá a encontrar hogares que no han recibido los bonos”. En RPP Noticias [En línea]: https://bit.ly/3eMp3ls [Consulta: 20 de junio de 2020].
  • Ministerio de Salud. «Minsa: Casos confirmados por Coronavirus Covid-19 ascienden a 251 338 en el Perú (Comunicado N° 139)»En Plataforma digital única del Estado Peruano. [En línea]: https://bit.ly/2YJHe5r [Consulta: 20 de junio de 2020].
  • Gestión Política. “Procuraduría Anticorrupción interpuso 264 denuncias durante emergencia por COVID-19». En Diario Gestión [En línea]: https://bit.ly/3gf1l1B [Consulta: 20 de junio de 2020].

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