POR JULIO HERRERA

DIRECTOR DE PORTADA HISPANA.-

Hasta este momento en la historia política del país las organizaciones sociales de base, comunidades, pueblos, sindicatos, campesinos, comunidades nativas, colegios profesionales, estudiantes, frentes regionales, frentes provinciales, etc.,  han estado literalmente al margen y excluidas de los procesos políticos nacionales  los cuales han estado históricamente dominados en exclusividad por los partidos políticos, es así como se ha entendido la democracia en nuestro país desde siempre, cuando no se ha estado bajo la opresión de una dictadura militar. Todas las Constituciones han sido redactadas por los miembros de los partidos políticos que forman parte de la democracia entendida a través de los partidos políticos, por los partidos políticos, y para los partidos políticos, quienes monopolizan el poder, redactando la Constitución  Política, luego postulando al Congreso, postulando para alcaldes, luego asumiendo ministerios, aspirando a la Presidencia, el acceso al poder político según esta forma de entender la “democracia” es monopolizado por los partidos políticos. Así ha sido redactada la Constitución de 1993, la Constitución de 1978 y todas las anteriores. En esta forma de entender la “democracia” -palabra que viene del griego demo: pueblo y cracia: gobierno, es decir, gobierno del pueblo-  el poder es monopolizado por los partidos políticos, excluyendo del gobierno a trabajadores, estudiantes, campesinos, profesionales, obreros, comunidades nativas, provincias y regiones.

En este contexto estamos viendo cómo los partidos políticos están totalmente corruptos precisamente por esa forma en la que han monopolizado la democracia, haciendo creer a la gente que democracia son los partidos políticos. Por eso es que toda institución democrática se encuentra en estos momentos corrupta, porque los partidos políticos que están corruptos por el lavado de dinero provenientes del narcotráfico o del soborno y la coima de empresas como Odebrecht, han copado la democracia, y ellos mismos se presentan como la “democracia en persona”, cuando los partidos políticos no son las únicas instituciones que pueden participar de la política nacional, dirigir, legislar y gobernar, hay otras formas más democráticas, con mucha más participación del pueblo, de la sociedad civil, de la ciudadanía, de las comunidades, de los profesionales, etc. etc., quienes desde siempre en este país han estado marginados del gobierno y el poder. Un ejemplo de esta marginación ha sido la completa descoordinación durante la emergencia de la pandemia por el covid-19 entre las autoridades del Gobierno con el Colegio Médico y el Colegio de Enfermeras, respectivamente. Del mismo modo podemos señalar tanto para los casos de emergencia en la seguridad ciudadana como en los casos de emergencia por desastres naturales, ha habido una completa descoordinación  entre las autoridades del Ministerio del Interior  o el Instituto Nacional de Defensa Civil con los vecinos o la Juntas Vecinales, las cuales en muchas localidades son inexistentes. Podemos seguir dando ejemplos de cómo las organizaciones ciudadanas se encuentran desvinculadas del poder fáctico. Otro caso es el de la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria SUNEDU, dentro de la cual los Centros de Estudiantes universitarios no tienen la mayor participación. Un caso histórico es el de las Comunidades Campesinas y sus socios, invisibilizados por el Ministerio de Agricultura, las Juntas de Regantes, Agrobanco, etc., etc.

De esta forma nos encontramos ante un problema de carácter sociológico y caemos en un círculo vicioso en el que los partidos políticos buscan líderes representativos y votos en las organizaciones sociales. Por lo que el negocio para muchos sociólogos y ONGs es la organización de movimientos sociales. El científico social en su laboratorio dando vida al objeto de estudio. De este proceso se sirven los partidos políticos. Las organizaciones sociales de base son sólo una base o “colchón” sobre el cual descansa el poder que los partidos políticos ostentan. Podemos enumerar interminablemente los diferentes casos de problema social- movimiento social organizado – ONG – partido político, que sólo han servido para legitimar el poder que se justifica erróneamente como “democrático”.

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