Por Milagros Alejandra Salinas Atencio
Presidente y Co-fundadora de Jóvenes del Milenio
A la fecha, se estima unas 455.409 personas contagiadas en Perú, cuando esta pandemia se desató a nivel mundial las cosas cambiaron rotundamente empezaron nuevas costumbres y normas de convivencia entre las cuales está el tema del distanciamiento social, generando una nueva forma de vida, pero ¿Qué impacto tuvo esto en todos los aspectos y dimensiones para los distintos sectores? El estado de emergencia en Perú entró en vigencia el 16 de marzo de este año, desde entonces, quedaron restringidos el ejercicio de los derechos constitucionales relativos a la libertad y seguridad personales. También el de la inviolabilidad del domicilio y las libertades de reunión y tránsito en el territorio. Ahora analicemos algunos puntos.
Empecemos por el tema sanitario versus el económico, ¿cómo pides a las personas que mantengan una cuarentena en casa si no tienen ingresos porque son trabajadores informales? ¡Salen día a día a conseguir recursos para poder comer! como le pides a las personas que no tienen sistemas de alcantarillado y agua potable, que mantengan el aseo constante de manos y la desinfección si no cuentan con esos recursos básicos. Cómo pides que tengan un buen control de residuos sólidos si no cuentas con rellenos sanitarios ni sistemas sostenibles y saludables, si no tienes opciones para poder reciclar, o peor aún ¿qué pasa con quién viven del reciclaje informal y ahora tienen que recoger los residuos sólidos de otras personas que no saben si están infectadas?, y ¿cómo enfrentas una pandemia si no tienes los recursos ni centros de salud?, si los médicos no tienen los insumos de protección y las gestiones anteriores, no tuvieron esa planificación (hago referencia a la básica sin tomar en cuenta una posible pandemia) y ahora se presenta este nuevo escenario.
Imagina que tú vives de lo que ganas al día y te dicen que por tres meses tienes que estar en tu casa, sin poder salir a trabajar, tienes hijos y tienes padres ancianos que no solamente tienen riesgo de contagiarse de este virus mortal, sino que ahora tampoco tiene los recursos para poder alimentarse cada día, sumado a ello no se cuenta con un buen sistema de Salud Mental que de por sí, el encierro genera ansiedad a entre otros.
Los emprendedores tuvieron que arreglárselas cómo pudieron a través del delivery los que al menos Tenían un capital para empezar otros tuvieron que cerrar sus empresas o negocios de tantos años de esfuerzo o incluso muchos tuvieron que regresar a la informalidad.
Ahora sigamos con el sector educación, muchos jóvenes han tenido que dejar de estudiar en sus universidades porque no cuentan con recursos para poder seguir pagando las pensiones y por otro lado de las universidades tampoco cuentan con los recursos para poder pagar a sus profesores, Deudas pendientes local y entre otras cosas, los centros educativos como más pequeños como los colegios de inicial en las guarderías en las cuales muchas familias dejan a sus niños en las guarderías para poder salir a trabajar ya que no tienen personas que los cuiden en casa, luego se establece el teletrabajo, en el cual necesitas una computadora para poder estar conectada pero también te piden una tablet o una computadora para tus hijos para que puedan llevar las clases de forma virtual en su defecto una radio un celular y resulta que tienes que atender la casa atender a los hijos y trabajar al mismo tiempo si la posibilidad de poder salir con el miedo de qué en cualquier momento te despiden (y esto es para los que no fueron despedidos), los que no lograron mantener sus puestos de trabajo, no tuvieron posibilidades de conseguir un empleo acorde a sus necesidades, entonces o se regresó al subempleo o emprendieron negocios, a algunos les fue bien y a otros no.
Sin embargo, el pasado 18 de Junio, el Ministerio de Educación de Perú autoriza clases presenciales en zona rural para que desde del miércoles 1 de julio, puedan retornar a las aulas los alumnos de primaria y secundaria de las localidades donde no se hayan presentado casos de COVID-19 y, además, haya un limitado acceso a medios de comunicación, escasa o nula conectividad a Internet, por ello la norma pone como condición que el distrito, comunidad o centro poblado, donde se ubique la institución educativa, no tenga casos de COVID-19.
Es innegable que no se contaba con la plataforma para poder afrontar esta situación, los hospitales y centros de salud rebasaron con los pacientes y se comenzaron a morir a veces sin haber siquiera haber sido atendidos, las clínicas cobraban por día montos que eran imposibles de pagar y más aún en esta crisis económica. Se generó una recesión de 10 años de pobreza, además el dólar se disparó y ahora las empresas no cuentan con esto para poder distribuir a los mercados acorde a las necesidades.
Cómo Jóvenes del Milenio, lo que humildemente pudimos hacer ante esto, fue generar capacitaciones becas y convenios para poder empoderar a más jóvenes para que cuenten con los recursos educativos y poder presentarse a ofertas laborales, comenzamos a crear redes de networking para intercambio de productos y servicios, campañas de apoyo, entre otros. Pero esto no es suficiente.
Ahora se está proponiendo nuevamente una cuarentena estricta, pero como dice el Premier Walter Martos: “volver a una cuarentena estricta por el COVID-19 sería muy complicado”, y la explicación sobre los nuevos focos de contagio fue: “La mayor cantidad de contagios que estamos teniendo en estos momentos son por las reuniones familiares. Ya no se da en los mercados o paraderos, sino en las visitas familiares, cuando se sacan las mascarillas y ahí comienza el contagio”. Por ello No podemos quedarnos sentados a esperar un milagro, tenemos que hacer algo para que esta situación mejore y creo que si todos ponemos un poco de nuestro tiempo y todo de nuestra parte, podemos ayudarnos, empezando por respetar las normas de higiene y prevención de contagio.
Por ello invocamos a las
autoridades a continuar con su arduo trabajo. Como ciudadanos nos estamos
esforzando de muchas formas para poder superar esta situación. Estamos seguros
que vamos a lograrlo todos juntos. Y cierro este artículo con la frase que rige
mi vida desde siempre: Insistir, resistir, persistir y nunca desistir.
