Por  Jorge Caro Crapivinsky*

La cuarta revolución industrial, o Industria 4.0, es una nueva era del conocimiento y la tecnología implica un salto cuantitativo y cualitativo en la organización y gestión de cadenas de valor. En esta nueva era la industria apuesta por una mayor automatización, conectividad y globalización, la interrelación entre distintas áreas, como Productos, Procesos y Modelos de Negocio, está siendo complementada con diversas tecnologías tales como IoT, Big Data y Analytics. La fusión de los planos físico y digital están permitiendo el uso compartido de datos donde los aplicativos de la inteligencia artificial cada son más frecuente. El machine learning ya está siendo testeado en laboratorios. Su alcance incluye ademas desde la secuenciación genética hasta la nanotecnología, las energías renovables y a la computación cuántica. Se habla de una fusión entre los dominios físicos, digitales y biológicos.

La Industria 4.0 mediante Internet como base de interconexión permite con facilidad de acceso a la información, la identidad digital y privacidad protegida. Nuestro entorno ya es más inteligente y nos plantea muchas oportunidades y también retos. Por ejemplo, la creación de nuevos productos inteligentes que presenten valores añadidos respecto a la competencia. La revolución industrial 4.0 está modificando el perfil de recursos humanos, las empresas y organizaciones requerirán de habilidades. El teletrabajo ya e se ha instaurado a raíz de la pandemia de COVID 19. El gran desafío para las empresas está en saber gestionar y aprovechar el cambio a la industria 4.0 y las nuevas oportunidades que se nos presentan.

No solo la industria se beneficia de la revolución tecnológica 4.0, la agricultura también tiene su propia revolución verde o Agricultura 4.0 la que corresponde a los aplicativos de las tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), como es el caso de la agricultura de precisión. El uso eficiente de los recursos. Se está dando un proceso de uso más eficiente y responsable de los recursos, aprovechando al máximo lo que la tierra produce y haciéndolo sostenible y amigable con el medio ambiente. Los robots colaborativos o cobots, permiten optimizar tiempos y valor agregado de los trabajadores.

Los aplicativos tecnológicos más relevantes son: el Internet de las cosas (IoT): desde la medición del grado de humedad del suelo hasta la supervisión de las condiciones meteorológicas desarrollo de los cultivos mediante sensores implantados sobre el terreno permiten conocer con detalles sobre cuándo resulta conveniente regar y en qué cantidades. La analítica de datos permite reconocer enfermedades o plagas o saber qué plantar, dónde y cuándo. Drones que en combinación con dispositivos IoT permite monitorear los cultivos o la aplicación de productos fitosanitarios de forma precisa.

La cuarta revolución industrial está permitiendo pasar de físico a l Digital, la toma información física se transforma en datos digitales. De lo Digital a lo Digital, los datos recopilados son analizados mediante la analítica (Big Data) y procesados por algoritmos de Inteligencia Artificial. De lo Digital a lo Físico donde los resultados se transmiten al mundo físico para comunicar a los diversos stakeholders.

La industria conectada a la Inteligencia Artificial se caracteriza permite ofrecer resultados inmediatos con mayor grado y detalle de análisis respecto a lo tradicional estas tecnologías se complementan con otras, como por ejemplo la Visión Artificial, Realidad Virtual y Aumentada, el Cloud Computing o los asistentes virtuales inteligentes, ya incorporados en los celulares y equipos electrónicos.

* Jorge Caro es profesor y miembro del Comité Asesor de la Maestría de Agronegocios y también profesor visitante de la Maestría de Innovación Agraria para el Desarrollo Rural de la Universidad Agraria La Molina. 

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