JULIO HERRERA DIRECTOR DE PORTADA HISPANA

El conteo de votos que definirá quién será el próximo presidente del Perú es milimétrico y centesimal. A falta de menos del 1% del total de los votos por contar no se ha podido proclamar al ganador. Mientras tanto las calles empiezan a agitarse con movilizaciones provenientes de las provincias del Perú y plantones frente al local de instituciones como el JNE, la ONPE o el Comando Conjunto de las FF.AA. Ambos partidos se acusan mutuamente de fraude y ninguno parece aceptar un probable triunfo del otro.

La continuidad del juego democrático y de la gobernabilidad del Perú depende absolutamente de que tanto Fuerza Popular como Perú Libre estén dispuestos a aceptar el rol que les corresponda según lo determine el conteo de votos que realizar la ONPE: Uno será el ganador y otro tendrá que hacer de opositor, son las reglas del juego. Cualquier otra propuesta sería alterar el rumbo democrático trazado.

Desde esta perspectiva inamovible y fundamental, queda por resolver la formación del Gabinete de MInistros del nuevo gobierno, el cual, debido a las características de polarización política en extremo que se manifiestan en nuestro país con prácticamente una votación de 50% – 50%, deberá reflejar en su conformación esa distribución de poderes manifiesta en el voto popular, es decir, sea quien fuese el nuevo presidente del Perú, éste deberá incluir en su Gabinete de MInistros a representantes de la oposición, en búsqueda del consenso y el entendimiento nacional.

Esta propuesta se hace más patente aún cuando nos encontramos al borde del abismo y el enfrentamiento entre compatriotas, pero al mismo tiempo, planteadas las condiciones del Bicentenario, frente a una única e irrepetible oportunidad para que los peruanos resolvamos nuestro país entre nosotros y con inteligencia, sin volver a caer en los errores de siempre.

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