Cesar Ortiz Anderson
Presidente de Aprosec
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Leyendo al escritor rosarino Sergio Tapia, me dio las pautas necesarias para tratar de explicar que es lo que podría pasar en el gobierno de Pedro Castillo si el líder fundador de Perú Libre, Vladimir Cerrón, tiene una cuota de poder. Ya los ciudadanos están hartos y temerosos de escuchar las palabras terrorismo y comunismo, pero permítanme en un corto artículo tratar de explicarlo haciendo una predictibilidad, que es lo que trabajo en seguridad ciudadana, de lo que podría pasar en este nuevo gobierno.
No es cuento o mito el comunismo, en Europa luego de la Segunda Guerra Mundial el yugo opresor del Comunismo Leninista-Marxista, estuvo presente en varias de esas naciones, algunas se hacían llamar Repúblicas Democráticas Populares, el tiempo nos certificó que solo eran frases llenas de cinismo, ya que el comunismo es la negación contradictoria de la forma legítima de democracia, esos gobiernos en realidad se volvieron dictaduras indefinidas y muy corruptas al gobernar con familiares, amigos y simpatizantes más cercanos, nepotismo puro y duro.
Volviendo a la reciente elección ganada por el partido político Perú Libre, la gran pregunta es si podrían gobernar en un sistema de gobierno democrático y mi respuesta es no, si Cerrón, su cúpula y seguidores manejan parte del poder. Pero si el presidente Pedro Castillo gobierna alejado de ellos sí podría tener un sistema democrático, lo cierto y lo real es que Cerrón y su grupo tienen un fuerte contenido ideológico Marxista-Leninista, que además valgan verdades nunca lo ocultaron y fue ratificado el día de ayer en su conclave donde Cerrón señaló muy claramente que el partido debía corregir al gobierno si se desvía del camino y que seguía en el esfuerzo de hacer una revolución y enfrentar a quienes se le oponen, ante ello todo está dicho.
Además, Pedro Castillo ya tiene ofrecido el apoyo de otras bancadas en el Congreso y de hacer un lado a Cerrón y comitiva, también tendría a millones de ciudadanos peruanos en su apoyo. Recordemos que en estas últimas elecciones Perú Libre no ha ganado por un amplio margen de votos, sino por el contrario, con una muy escasa ventaja sobre Keiko Fujimori, y que además muchos de los votos a favor de Castillo no fueron a favor del Marxismo-Leninismo sino en contra del fujimorismo. Resulta pues ilusa y autoritaria la posición de Vladimir Cerrón al querer imponer su ideología comunista revolucionaria a todos los peruanos. Por el contrario, el pueblo peruano, en su amplia mayoría, estaría muy agradecido a Pedro Castillo si es que el electo presidente del Perú decide abrir su gobierno a las múltiples facciones del espectro político nacional, gobernando con la participación de todos los peruanos, justo en estos momentos de grave crisis mundial y en el contexto preciso del Bicentenario de nuestra República, que debiera ser el momento ideal para llegar a un entendimiento entre compatriotas, y no como pretende Vladimir Cerrón, hacer un gobierno intransigente, cerrado, retrógrado y sordo a otras posiciones políticas. Si ha habido corrupción en los gobiernos anteriores eso no se niega, pero tampoco significa que nada se haya hecho bien en los últimos 20 años. Los logros conseguidos al menos en economía deben valorarse y potenciarse. Nadie quiere -excepto Cerrón y su cerrado círculo de camaradas- una revolución comunista en el Perú.
