Mg Julio De Olarte Fernández
Comunicador para el Desarrollo – Docente Universitario

Los comicios presidenciales 2021 pasarán a la historia como una de los más sui generis, ad portas del bicentenario de nuestra independencia, luego de la proclamación de Pedro Castillo Terrones por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), como presidente electo del Perú para el período (2021/2025). Los serios indicios de fraude, los cuales llegarían a su punto de mayor tensión cuando la Institución dirigida por Luis Salas Arenas, cuestionado presidente de este organismo, denegó una auditoría exigida por la mayor parte de la población, según las últimas encuesta de DATUM.
El panorama es incierto, debido a la precariedad de nuestras instituciones democráticas, justificada en el probado radicalismo de miembros referentes del partido Perú Libre (PL), el cual claramente cuestiona la economía de libre mercado, medios de comunicación y libertad de prensa, además de la ejecución de una nueva Asamblea Constituyente para la promulgación de una nueva constitución
política, la cual amenaza las reglas de juego económicas y otras libertades, amenazando las inversiones y nuestra casi etérea fragilidad institucional.
El fuerte antagonismo entre las fuerzas democráticas de la derecha peruana contra el modelo estatista y colectivista que el ideario de Perú Libre instauraría podría acrecentarse de aplicarse algunas medidas si el partido ganador de estos comicios (PL) ejecute, lo que es altamente plausible, dado la gran injerencia que tiene Vladimir Cerrón, fundador de Perú Libre y de formación castrista, agregándose además de ser uno de los más entusiastas defensores de las actuales dictaduras castro chavistas instauradas en América Latina (Latam).
Este panorama post electoral está logrando atizar conflictos sociales históricos, además de presentar un horizonte lleno de zozobra para la mayoría de inversionistas , quienes aún dependen de un marco legal coherente que pueda permitir invertir en el Perú, país golpeado por la crisis y un deficiente manejo en la gestión de recursos públicos, avalado en las denuncias por corrupción que han tenido los presidentes regionales de tendencia izquierdista en los distintos gobiernos que preceden a este de Perú Libre, partido político que no puede ser
eximido de escándalos de corrupción, según la sentencia a su presidente Vladimir Cerrón y su vínculo con grupos extremistas y otros acusados de corrupción. En consecuencia, el panorama futuro que nos espera como País, es incierto.

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