Por Guillermo Quintana

Director Proemprender

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gquintana@proemprender.com


Las cajas municipales o entidades de Microfinanzas MFIs en su totalidad son 12 Cajas que conforman el sistema tienen un promedio de 40 años o poco menos brindando un gran aporte de inclusión financiera en el país proporcionando capital a través de pequeños créditos a emprendedores de bajos ingresos y emprendedores auto empleados que en muchos casos no cuentan con acceso al crédito en las instituciones bancarias tradicionales. El nivel de créditos emitidos en nuestro país, vinculado con las microfinanzas, supera los 5000 millones de dólares y ostentamos una de las mejores plataformas de microfinanzas de toda Latinoamérica.


Si bien es cierto el microcrédito ha sido una herramienta de capitalización para los pequeños emprendedores brindando el apalancamiento financiero a la microempresa para obtener capital de trabajo cuando su negocio ya opera y quiere crecer, o capital semilla cuando se trata de un negocio que
comienza desde cero y quiere empezar su idea de negocio; estas entidades de microfinanzas se han concentrado mucho en solo el aspecto financiero y crear productos crediticios; sin embargo, han descuidado en gran medida sus orígenes; que fue la esencia de la promoción del espíritu emprendedor e incubación de negocios para generar comunidades emprendedoras con economías auto sostenibles.


Las Cajas Municipales deberían de convertirse en Incubadoras Emprendedoras de Microfranquicias a través de ellas ser las promotoras del emprendimiento colectivo generando micronegocios en cada sector
productivo microempresarial. Ya que los emprendedores no solo deben esperar recibir dinero de las Cajas; i no también asistencia técnica; y más allá esperan recibir modelos de negocios empaquetados con fórmulas de gestión empresarial estandarizada; y esto es posible a través del Modelo de Microfranquicias.


Inclusive ahora con el gran crecimiento exponencial de las fintech y startups vinculadas al mundo financiero; se podrían ofrecer modelos de negocios empaquetados con Microfranquicias a través de créditos digitales y créditos verdes para que cada emprendedor aplique la fórmula de éxito en cada territorio de su alcance de forma geolocalizada.


Después del impacto de esta pandemia COVID19 a la sociedad; no se debería de hablar de inclusión financiera; si no de inclusión económica para las poblaciones más vulnerables; ya que hemos pasado de una economía de mercado a una economía de supervivencia en el periodo del año 2020.


Estas nuevas Incubadoras de Microfranquicias con base social y tecnológica; con el soporte de las microfinanzas va permitir generar una verdadera inclusión social, reactivación a través de créditos productivos, cultura de ahorro, progreso y promoción de nuevas oportunidades de emprendimiento. Hay que convertir a las cajas de ser meramente bancos de dinero a ser bancos de emprendimientos.


Las Microfranquicias añaden el valor agregado a los microcréditos el hecho de trabajar con los microseguros , los mismos que garantizan que los emprendedores se sientan seguros durante su trabajo emprendedor diario, pues si pasa algo con su activo lo pueden recuperar. Algunos de estos tipos de microseguros son : para riesgos climáticos (emprendedores en el agro), riesgo de robo (por ejemplo para los automóviles de los taxistas), riesgo de salud (por si le pasa algo al emprendedor, pandemias, crisis sanitaria), riesgo político (en caso de que se presente una crisis económica en el país), reglamentaciones y siniestros.


Siempre habrá un sector de la población que no puede acceder al crédito formal; pero con ansiedad de reactivarse con propios emprendimientos; pero en este caso emprenderían modelos de negocios estandarizados, con marca colectivas en común reduciendo el riesgo en el mercado y aprovechando la economía de escala. En el Perú, el 95% de las empresas son pymes o mypes, lo que representa un mercado potencial para distintas herramientas enfocadas en estas microempresas como son las “Microfranquicias, modelo de emprendimiento para pymes”.


Las Microfranquicias es un modelo que permite emprender micronegocios de bajo costo; promoviendo la asociatividad y el autoempleo con el uso de marcas en común con emprendimientos estandarizados y formalizados. Asimismo, este bondadoso modelo ayuda a que aquellos negocios que continúan operando en la informalidad migren al ámbito formal siempre que sean capacitados adecuadamente.


La microfranquicia dinamiza las economías locales; donde cada microempresario, dueño de su propia microempresa, genera un fuerte impacto en el desarrollo económico. Promueve el efecto multiplicador, creando nuevos negocios. La microfranquicia es una herramienta de organización y formalización para la microempresas ya que aporta conocimiento y procesos desde cómo desarrollar el servicio hasta el modo de brindar el servicio al cliente final.


El modelo financiero de los montos de inversión de una Microfranquicia Inclusiva oscila entre los US$ 1.000 y US$ 30.000, mientras que su implementación se da entre los US$ 5.000 a US$ $25.000 y con un
tiempo de recupero de inversión promedio de 14 meses.


(*) Guillermo Quintana Director Fundador de Proemprender institución que desde hace 14 años viene promoviendo el modelo de Microfranquicias en el país y la región Latinoamericana para el ecosistema emprendedor; enfatiza que es el gran momento para que Las Cajas y Entidades de Microfinanzas migren a convertirse en Incubadoras de Microfranquicias y sean las grandes protagonistas de la reactivación económica y aporten a reducir los niveles de pobreza generados por el impacto de la crisis sanitaria debido al COVID19.

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