Cesar Ortiz Anderson
Presidente de Aprosec
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Isócrates un político, orador y educador griego orador que hace 350 años nos dejó la siguiente reflexión «Nuestra Democracia se autodestruye, porque han abusado del derecho de igualdad y del derecho de libertad, porque han enseñado al ciudadano a considerar la impertinencia como un derecho, el no respetar las Leyes como libertad, la imprudencia en las palabras como igualdad y la anarquía como Felicidad.»
Lo que estamos viviendo en el Perú con los actos de gobierno de Pedro Castillo en estos veintitantos días es una ausencia de estructura gubernamental en el Estado, una gran improvisación de personajes que se encontraron con el poder. Estamos siendo gobernados por ineptos de una ideología extremista que ha fracasado en todo país donde se implantó, el comunismo no es viable para ningún país del mundo en una economía globalizada.
Aunque muchos no quieran creerlo hoy, la supervivencia por “selección natural” se ha activado peligrosamente en el Perú, el resultado de las influencias de 500 años desde el Virreinato está alcanzando un punto grave de polarización, justamente en la celebración de nuestro bicentenario de Independencia. Socialmente, por un lado, la elección del presidente representa la posibilidad de un conflicto de castas (campesinos vs criollos, indígenas vs blancos, etc.) Los indicios están en aspectos como apariencia, reputación, estilo de vida, vestimenta, parámetros empleados por el funcionario presidencial que apuntan a mostrar que nuestras castas o identidades van en ruta de colisión. Curiosamente, hoy en día, se agrava y cualquiera puede comprobar que el gobierno tiene más relación con Bolivia que con Lima, y Bolivia tiene sus intereses.
Nuestro país está viviendo varias crisis en paralelo, la Sanitaria a punto de entrar a la tercera ola y sin vacunas, la política, social, de reactivación económica, de seguridad ciudadana, todo ello de alguna manera incentivado por estos aventureros que son un remedo de gobierno, preguntémonos una sola cosa positiva que pueda exhibir. Nada, solo inestabilidad e incertidumbre que han hecho subir precios de los alimentos, el dólar y dudas en nuestras inversiones internas.
Las respuestas vacías pronto paralizarán y polarizarán el país. Un Plan de Vacunación (basado en una Política Nacional de Salud mediocre) que solo ha beneficiado a unos pocos, aumenta la crisis. Ni que se diga el aspecto de Inseguridad, (sin Seguridad Ciudadana legal y con propuestas nuevas de vigilancia campesina polarizando regiones). Y peor aún, con un gobierno que se inicia sin los créditos de llegada, sin primeras figuras y con una incapacidad visible. Ocurre algo técnicamente parecido a un «síndrome de Estocolmo» (de un secuestrado «con libertad vigilada»), pero pronto la polarización social determinará a que la misma sociedad no se adapte al secuestro y procure su caída.
En realidad, estamos siendo gobernados por gente nada transparente de horizontes que apuntan a complicar aún más la gobernabilidad del país, ante ello debemos buscar acciones para entrar en un nuevo tiempo político y cuidándonos claro estas, también de los ladronzuelos de la derecha y los caviares, más de lo mismo pero refinados, nos roban con sonrisas y mucho detalle a sabiendas de nuestra justicia paquidérmica y en ocasiones también corrupta.
La crisis generalizada exige líderes nacionales de primer orden sin embargo vemos que el sectarismo partidario, ideológico y racista de la cúpula de este gobierno produce inseguridad en los ciudadanos peruanos y nadie quiere aceptar ni comprometerse políticamente con un cargo ministerial. Desde el primer momento este gobierno tiene problemas de gobernabilidad por no ser capaz de hacer consenso. Los peruanos líderes de primer orden que deben estar encabezando el Estado en estos momentos de grave crisis no están participando de este gobierno. A todo ello debemos recordar que hay un manejo oscuro y vedado a la opinión pública y a los medios de comunicación.
Un gobierno como éste, incapaz de gobernar adecuadamente en el Perú, por no poder lograr consensos debido a su radicalidad política e ideológica, sólo es posible cuando la democracia se encuentra en proceso de corrupción, tal como lo venimos observando a partir del caso Lava Jato. Este gobierno sólo es la continuidad de esa corrupción, la misma corrupción de Lava Jato es la corrupción de los Dinámicos del Centro, de los Cuellos Blancos, la Centralita de Áncash, entre otras decenas de casos. No hemos salido de la crisis, al contrario, el país se está hundiendo más y lo peor sin una luz en este túnel de ineptitudes.
Finalmente, acudir al Acuerdo Nacional, implementado en el gobierno del prófugo ex presidente Alejandro Toledo un 22 de Julio del año 2002, protege la corrupción y los corruptos, acuerdo de marras que NO HA LOGRADO nada relevante estos 19 años, subrayando la última elección informal e irregular, y hojas de rutas ya preparadas con cierta impunidad incluida para presidentes denunciados, prófugos y suicidados.
