POR JULIO HERRERA
DIRECTOR DE PORTADA HISPANA

Es evidente que en el Perú estamos en una grave crisis social que es identificable y concreta en algunos de sus aspectos como en la política y en salud. En política somos el país con más presidentes enjuiciados por corrupción, con más alcaldes y gobernadores regionales en prisión;  y en salud somos el país con más fallecidos por millón de habitantes durante la pandemia.

La crisis se extiende a Educación –los estudiantes peruanos según la Prueba Pisa son los que menos comprenden lo que leen y los que menos razonan matemáticamente-. Las consecuencias de la pandemia en el sector Educación no se conocerán sino hasta en algunos años. La conectividad es la clave de la educación del futuro, es la oportunidad para dar el salto, sin embargo muchos especialistas en el MINEDU defienden la presencialidad.

Coincidente y sintomáticamente, para terminar de explicar esta anomia generalizada en nuestra sociedad peruana, una evidencia de que precisamente son la política y la educación los aspectos visibles de esta crisis es que lo que se viene para lo que resta de este año y el próximo es el debate político al interior del Magisterio entre  los sindicatos politizados por Pedro Castillo y los sindicatos controlados por las tradicionales cúpulas del SUTEP. De la politización del sindicalismo magisterial ha de salir el partido que apoyará a Pedro Castillo en las próximas elecciones Municipales 2022, y un eventual Referéndum o Asamblea Constituyente. ¿Por qué es Educación el sector del Estado en donde tiene lugar este alumbramiento cuando todos los partidos políticos acaban de registrar el mayor rechazo del electorado en la historia de la democracia peruana en la primera vuelta del 2021 en donde ninguno llegó al 20% y sólo 2 pasaron del 10%?

La crisis política.-

Los casos de Política y Educación son aspectos visibles y superficiales de una crisis que por debajo se extiende a todos los sectores del Estado y que nace de la corrupción generalizada que afecta al país desde hace varias décadas.

La crisis generada por la corrupción en el sector público ya se manifestaba hacia finales del segundo gobierno de Alan García con los casos BTR y “narco indultos”. Durante el gobierno de Ollanta Humala la crisis se abrió paso desde un inicio cuando se dio a conocer la paralización de las obras de las carreteras Interoceánicas el año 2011, preludio de Lava Jato; a lo que luego se sumó la paralización del Polo Petroquímico Sur y Camisea II, otro antecedente de lo que sería Lava Jato. Luego vinieron los escándalos de corrupción dentro del gobierno nacionalista para hacia el final de la gestión de Ollanta Humala terminar el periodo con el destape a nivel internacional del caso Lava Jato, ocasionando una inestabilidad política en el más alto nivel de la política nacional que afectaría al gobierno siguiente presidido por Pedro Pablo Kuczynski que sólo se mantendría dos años en el poder para dar paso a Martín Vizcarra vacado meses después en medio de un estado de convulsión social con enfrentamientos entre manifestantes y las  fuerzas del orden en las calles que terminaría con la renuncia de Manuel Merino y el nuevo gobierno del presidente interino Francisco Sagasti. Recientemente asumió Pedro Castillo de Perú Libre, pero la crisis de legitimidad política continua porque el partido político en el gobierno también está siendo investigado como una organización delictiva, ninguna diferencia con Fuerza Popular.

La Corrupción: Origen de la crisis.-

Encontramos que por la ingobernabilidad y la inestabilidad que produce, la crisis política ocasionada con la corrupción, se extiende hacia otros aspectos importantes de la vida social del país a través de la administración pública afectando el buen funcionamiento y la efectividad de todos los sectores del Estado en los tres niveles de gobierno: Nacional, regional y local. En consecuencia encontramos deficiencias en casi todos los servicios públicos  hasta la precariedad o la simple inexistencia o ausencia total de estos servicios en lugares donde no existe presencia del Estado y la pobreza es extrema.

Para concluir, queremos saber de qué naturaleza y de qué profundidad es la crisis que superficialmente afecta a la política y a la gobernabilidad del Perú, y que por debajo avanza en cada sector del Estado, Interior, Agricultura, Economía, Exterior, Defensa, etc., etc. Son tiempos de cambios en el orden mundial, no es una situación exclusiva a nuestro país. Pero regresamos a la misma pregunta: ¿De qué naturaleza y de qué profundidad son los cambios a los que nos enfrentamos?

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