JULIO HERRERA DIRECTOR DE PORTADA HISPANA

El Bicentenario encuentra al Perú en medio de una crisis de identidad como Estado – Nación. El país se encuentra paralizado desde antes de la pandemia. La economía ya venía cayendo desde el 2016 y la crisis política a causa del caso Lava Jato congeló la inversión privada en los grandes proyectos de desarrollo por lo menos desde que se descartó la construcción del Polo Petroquímico Sur a fines del 2012 hasta la fecha, lentamente el Perú se ha paralizado en los últimos nueve años.

La mirada hacia los errores del pasado no sólo es histórica, la política se ha judicializado en las investigaciones por casos de corrupción de todos los anteriores gobiernos. En el Bicentenario los peruanos estamos mirando hacia atrás, al pasado, buscando culpables, señalando los errores, acusándonos entre nosotros.

Lejos está el Perú de mirar al horizonte pensando en el futuro, planificando en el largo plazo. Todo está en cuestión y la legitimidad de la cosa pública es puesta en duda. Cada sector del Estado es susceptible de ser revisado y replanteado. Pero ¿en qué medida?

Son momentos difíciles para el Perú, la crisis es mundial, es el modelo Estado – Nación lo que se cuestiona en Europa y Asia. Pero también son momentos decisivos para la economía global. Son situaciones que exigen forzosamente un cambio de dirección en el manejo del país, lamentablemente la crisis política no permite esclarecer el panorama. Las grandes obras de infraestructura pública se encuentran paralizadas desde antes de la pandemia a causa del caso Lava Jato: Energía, minería, transporte, comunicaciones, turismo, agricultura. La agenda del país no es el desarrollo sino los juicios e investigaciones de los líderes políticos.

Estamos conscientes de que debe haber un cambio, pero no estamos seguros ni hemos identificado exactamente en qué, ni cómo.  ¿Necesitamos un cambio de Constitución Política? ¿Una reingeniería del Estado? ¿Un cambio de modelo económico? ¿Una nueva Ley de Partidos Políticos? ¿Un nuevo modelo educativo? ¿Reforma Agraria? ¿Qué es lo que necesitamos?

Dentro de todas esas posibilidades ante la crisis de identidad y de cuestionamiento que como Estado-Nación el Perú viene sufriendo desde hace décadas, la posibilidad de una Asamblea Constituyente y una Nueva Constitución es la que se presenta como más integradora y sensata ante la difícil problemática que precisamente hace que la posibilidad de una constituyente sea viable. Buscamos soluciones, alternativas, planteamientos, pero antes que todo, entendimiento y comprensión, para lo cual una buena comunicación resultará indispensable.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here