Por Julio Herrera
Director de Portada Hispana

Durante los recientemente 4to y 5to Consejos de Ministros Descentralizados celebrados en Huancayo y Puno respectivamente, el presidente de la PCM Aníbal Torres mencionó a Adolfo Hitler y Alberto Fujimori como sendos ejemplos de gobiernos, que pese a ser paradigmáticos por su negatividad en la Historia, en su momento lograron algunos puntos positivos en cuanto al desarrollo social de sus pueblos.
Desde la perspectiva política de Aníbal Torres y del gobierno de Pedro Castillo, básicamente de izquierda con tendencia al comunismo, tanto Hitler como Fujimori son el enemigo público n°1. Para el interlocutor al que se dirigía Aníbal Torres, tanto Hitler y Fujimori se presentaban como un “Judas redimido” o “perdonado” en vísperas a la reciente Semana Santa. Pero en esa misma escena, es inevitable descubrir a dos personajes que por su antagonismo a Hitler y Fujimori no pueden permanecer invisibles: Stalin y Abimael Guzmán, personajes implícitos y mudos en el discurso de Aníbal Torres, y ambos tan o más peligrosos y genocidas que los mencionados explícitamente.


EL CONTEXTO POLÍTICO PERUANO: CRISIS Y ENFRENTAMIENTO.- Y es que esas menciones de Aníbal Torres que sorprendieron a todos y que motivaron la protesta oficial a velocidad digital de las embajadas de Israel y Alemania en Lima, tuvieron lugar en un momento de inflexión en cercanía a la Semana Santa, no sólo por la esperada solución a la violencia social desatada en provincias y en la capital, sino también por los juicios que se les sigue a los congresistas Guido Bellido y Guillermo Bermejo por una supuesta relación con el grupo terrorista Sendero Luminoso-Vraem de los hermanos Quispe Palomino, que fueron objeto de atención por la prensa así como por el caso del ex asesor presidencial Bruno Pacheco quien sigue prófugo de la justicia con una orden de prisión preventiva por 36 meses, amén de las acusaciones constitucionales en contra de Pedro Castillo que se vienen gestionando en el Congreso.
Pero no todo es viento en contra para el gobierno porque la parcial y temporal solución a las huelgas de transportistas y agricultores le permite un respiro a la PCM y le permite reorganizarse ante una creciente conflictividad social. El fallo del CIDH en contra del indulto a Fujimori también juega a favor del gobierno y en contra de la derecha política que se ve acosada por una izquierda que ya viene superando dos intentos de vacancia y que al mismo tiempo se siente fortalecida y respaldada por el contexto internacional con varios gobiernos de izquierda en América Latina y el partido comunista chino empoderado en una China con economía capitalista en expansión.


AUGE CHINO Y EMPODERAMIENTO DE LA IZQUIERDA EN AL.- Es lógico entender que la consolidación de China como potencia significará un fortalecimiento de la izquierda en el mundo, en específico en América Latina, en donde la crisis institucional de la democracia, golpeada y desvirtuada no sólo por la corrupción y el fracaso económico, sino también tergiversada y parodiada por régimenes absolutistas o dictatoriales de izquierda que usurpan su modelo político en seudo democracias como Nicaragua o Venezuela tal como sucede en la actual Rusia democrática, un país que desde sus orígenes ha sido absolutista.
Hoy -que los totalitarismos ruso y chino empiezan a imponerse en un mundo en crisis económica y en el que los gobiernos empiezan a inclinarse por el proteccionismo y el estatismo para enfrentar la inflación internacional suprimiendo libertades necesariamente, tal como sucedió durante la pandemia- nuevamente las dictaduras, no sólo de izquierda, vuelven a ser una amenaza en América Latina. Tal vez sea el costo a pagar por olvidar los crímenes cometidos por la dictadura comunista de Fidel Casto en Cuba, otro “Judas redimido”, un error político al que quizá contribuyeron algunos que buscaron la paz y la reconciliación para América Latina, que no serán posibles mientras América Latina se encuentre entre la influencia de las potencias en conflicto.


EL CASO DE UCRANIA.- El caso de Ucrania, de cómo fue llevada a la guerra con Rusia por quedar atrapada entre los intereses de la OTAN y Moscú, debe servir de reflexión. No podemos seguir bajo los parámetros que llevaron al mundo a la 1era y la 2da Guerra Mundial y que lo tienen al filo de la 3era. El resurgimiento del nazismo europeo y racista en Ucrania, el renacimiento de la Rusia imperial o la Unión Soviética, el auge del comunismo chino y el capitalismo estadounidense, con sus viejos líderes Hitler, Stalin, Mao, Mc Arthur, deben ser olvidados y perder vigencia desterrándolos de todo discurso político, de lo contrario seremos arrastrados a su conflicto al igual que Ucrania. En el caso peruano, que reproduce localmente el conflicto mundial, debemos superar a la Historia, y dejar políticamente atrás a todo lo que significan Fujimori y Abimael Guzmán, quienes sólo representan conflictividad hoy en día.

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