FORO DE PERIODISTAS
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La situación actual: Los poderes del Estado, específicamente Ejecutivo y Legislativo, enfrentados a la prensa, es consecuencia de la crisis sistémica que sufre la democracia en el Perú, crisis que se ha agudizado desde el 2017 con el destape del caso Lava Jato y con el inicio de la inestabilidad política que ha significado 5 presidentes consecutivos en 5 años.

El último desencuentro entre un poder del Estado y la prensa ha sido la negativa del Congreso al ingreso de la prensa al palacio del Legislativo. Posición en la que todas las bancadas han estado de acuerdo. Existe un rechazo manifiesto de los congresistas a la prensa. Es algo evidente en la reacción de los congresistas de todas las bancadas. La prensa resulta incómoda al interior del Hemiciclo. Y así lo manifiestan abiertamente.

El Ejecutivo, tanto con Pedro Castillo como con Aníbal Torres, también se encuentra enfrentado abiertamente a la prensa. Es una característica resaltante en esta gestión. Lo del Congreso corresponde al quiebre de una tradición democrática de la República del Perú, donde siempre ha habido periodistas durante la sesión del Pleno en el Hemiciclo.

El deterioro de las relaciones entre el Estado y la prensa en el Perú pone en alerta a las organizaciones internacionales que defienden la libertad de expresión porque es un vector por el que se puede medir con precisión el tipo de democracia que hay en el país. A mayor libertad de prensa corresponde mayor plenitud del ejercicio democrático. Hoy en día con el gobierno de Pedro Castillo, un presidente que en entrevistas internacionales como la que concedió a la CNN admite que “está aprendiendo a gobernar”, la libertad de expresión está en peligro en nuestro país.

Hay que resaltar que en el Perú el nivel intelectual de los políticos, su preparación profesional y sus cualidades morales han venido para mucho menos en las últimas tres décadas. Ya sea en nombre de la representatividad democrática o bajo slogans publicitarios como “roba pero hace obra”, o con grados académicos regalados por universidades de baja exigencia académica precisamente, las autoridades políticas de hoy en día desprestigian el verdadero nivel intelectual, profesional y moral que deben tener las autoridades democráticamente elegidas. Esos políticos sin nivel intelectual, ni preparación profesional ni merecimiento moral son los que hoy gobiernan y a quienes la prensa incomoda.

Pero tampoco es un cierre a la prensa, es sólo un lugar intermedio, en el que la crítica, el análisis y el debate bajan de nivel para situarse en segundo lugar, siendo más prioritarios para los medios masivos el fútbol, la farándula, el espectáculo y la diversión. Democracia sigue habiendo, pero de muy bajo nivel, una mala copia, burda, grosera y vulgar.

Es todo un escenario que se completa con los actores políticos del momento, que se desenvuelven en medio de la crisis de legitimidad que sufre la democracia peruana por la corrupción en la que casi todos los partidos políticos tradicionales están inmersos. Perder legitimidad significa entre otras cosas carecer de merecimiento de toda autoridad. Como tener una grado académico con una tesis plagiada.

Esta crisis de inestabilidad, de vacancias, cierres de Congreso, también será una crisis donde la relación entre la prensa y la política cambiará en su esencia, volviéndose más vana, fútil, superficial, de farándula, de jet set, de escándalo, de proceso judicial, de calumnias, de insultos, de ataques y de violencia política en todas sus formas, y así serán las cosas de aquí en adelante entre el poder y la prensa, es una tendencia que siempre estuvo en aumento, no sólo en el Perú.

Esta nueva relación entre prensa y poder es característica del siglo XXI además, al parecer, los medios tecnológicos por estar al alcance de todos para comunicarnos, están trabajando más de la cuenta a favor de los ciudadanos que a favor de quienes se encuentran en el poder.

¿Está preparada la democracia para la tecnología del siglo XXI? Tanta información es trasmitida por el periodismo y la prensa que sobrepasa la tolerancia de los políticos. ¿Es posible una democracia en tal circunstancia? ¿Con los poderes tratando de reducir o disminuir el rol de la prensa intelectual, crítica y analítica? Cambiándola por una prensa ligera, sin cuestionamientos ni análisis. Una prensa de acuerdo al nivel intelectual de los políticos que hoy están en el poder. La democracia está cambiando, pierde su gravitación, al igual que la intelectualidad y las universidades, relegados cada vez más a un rol muy accesorio en los destinos del país.

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