Por Julio Herrera
Director de Portada Hispana
Con la partida del Doctor Julián Palacín el Perú pierde a uno de sus más lúcidos intelectuales de las últimas décadas, pero sobre todo el Perú y los peruanos perdemos algo que es inconmensurable: el conocimiento teórico y técnico del Perú, de nuestro territorio, de nuestras regiones, de su geografía y de su geopolítica, de su espacio aéreo, de su funcionamiento, su economía y su desarrollo.
El Doctor Julián Palacín trabajó por el desarrollo del Perú desde la perspectiva de su especialidad: el campo de la aviación. En ese sentido la obra del Doctor Julián Palacín es un importante y fundamental legado sobre cómo deben estar articuladas las diferentes regiones del Perú, del centro, norte y sur; costa, sierra y selva, en redes de terminales aeroportuarios descentralizados de tal forma que las exportaciones de las provincias y regiones del Perú se puedan comercializar directamente con el mundo de forma más competitiva.
Esta forma de pensar y conocer el Perú era la base del pensamiento geopolítico de Julián Palacín a partir del cual se construye una teoría sobre la geopolítica del Perú, y desde de ahí, todo un conocimiento sobre el Perú, su funcionamiento, su crecimiento y desarrollo social.
Julián Palacín pensó y trabajó por y para el Perú, por eso que su partida representa una doble pérdida, porque ese conocimiento y esa forma de conocer el Perú se queda en el Perú, para el Perú y los peruanos, para el beneficio de nuestros intereses como país y como Nación. Por eso es que a veces resulta difícil comprender su posición política y su apoyo al gobierno de Pedro Castillo. Después del fracaso de Aero Perú, Julián Palacín, primero desde su cargo como presidente de Corpac, y desde su activismo político después, trabajó y luchó por devolver una línea aérea de bandera al Perú, pero no consiguió ni el compromiso ni el apoyo de los diferentes gobiernos que se sucedieron hasta hoy.
El pensamiento geopolítico de Julián Palacín y su compromiso intelectual con el Perú lo llevaron a llamar la atención a las autoridades nacionales de turno sobre el peligro que representa para la Seguridad Nacional no tener el dominio de la aviación aerocomercial en nuestro espacio aéreo; fueron repetidas sus alertas y denuncias a los diferentes gobiernos en esta materia.
Con su partida perdemos a un gran intelectual de primer nivel pero al mismo tiempo se inicia un camino ya trazado para la construcción de un futuro para el Perú, del mismo modo en el que lo pensó Jorge Basadre, un futuro para un Perú logrado, desarrollado, pleno, vigoroso y saludable.
