Keen Ferrer Quispe Mamani

Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Cahuachi, el centro ceremonial de adobe más grande del mundo, ubicado en el valle de Nazca (Ica), cuenta con acueductos, puquios y canales que aún funcionan hasta nuestros días. Hoy la ciudad está cubierta de arena en su 98% (Perú Sorprendente, 2018), ¿qué paso entonces?¿Cómo una sociedad con ese nivel de ingeniería hidraúlica pereció?¿Cómo esta gran ciudad pudo abastecerse estando en un desierto?Si bien hoy la zona es árida, lo más probable es que hace 1600 años haya estado cubierta de mayor vegetación (García, 2022) además para el 2018 solo el 2% de la ciudad ha sido descubierta. En base a los restos de árboles dejados se plantea que debido al crecimiento demográfico, las personas se expandieron a las orillas del Nazca, cortando los bosques de huarango (algarrobo) que bordeaban al río, esto generó que incrementará su vulnerabilidad en temporadas de lluvia, ahora la corriente del río se llevaba incluso la tierra aledaña, llevándose los nutrientes tan útiles para la agricultura, el valle se desertificaría, lo que derramaría el vaso sería un terremoto junto a un mega-niño —que aparece cada 500 años aproximadamente, es la forma más intensa del fenómeno del niño—. Tras deshabitarse, las siguientes civilizaciones tomarían a la ciudad como una huaca, un recuerdo mítico de lo que algún día fue.

En las últimas dos décadas se han duplicado la ocurrencia de desastres. Desde 1960 hasta hoy la tierra ha cambiado más rápido que en toda nuestra historia como humanidad (que son más de 200 000 años), inimaginablemente en los corales ya no hay coral, las selvas ya no son espesas, en los nevados ya no hay nieve y en las minas ya no hay minerales que extraer, (Arthus-Bertrand, 2009).
Ya hoy en día vemos lo difícil que es sobrellevar un sistema como el que tenemos —el precio del pan lo demuestra—, insostenible, decadente, cada día con nuevas llagas, donde el 80% de la energía esta basada en combustibles fósiles (Arthus-Bertrand, 2009). ¿Realmente podemos decir que hemos entendido que estos no son renovables?
Son ejemplo de lo descabellado que llegamos a ser el hecho de que a medida que crece el PBI de un país su población incremente su consumo de carne, para hacer una hamburguesa por ejemple se requiere de 2400 litros de agua, mientras que el kilogramo de carne requiere de trece mil litros. Considere que el 70% del agua que utilizamos va a la agricultura; a la vez más del 50% de cereales en el mundo se usan como alimento de ganado, a decir verdad, cada año son miles las hectáreas que se talan y queman en la Amazonía para poder plantar soya, de hecho, de su producción mundial el 95% va para ganadería (Arthus-Bertrand, 2009).
Analícese que en Dubái se construyen rascacielos en medio de la arena. Al estar en medio del desierto, la comida es importada, el agua dulce se obtiene producto del costoso proceso de desalinización de agua de mar. Los desiertos ahora son verdes.

Solo en 2020 tenemos 210 mil millones (210 000 000 000) de dólares perdidos por desastres en todo el mundo, asimismo el 91% de las muertes por desastres ocurren en países “en vías de desarrollo” (Banco Mundial, 2022).
No es que la naturaleza sea clasista, al contrario, la mitad de los pobres vivan en países ricos en recursos. Es decir, Nigeria es el primer exportador de petróleo en África, a pesar de ello 70% de su población es pobre. Por otro lado ahí tienes al Congo, con minas de diamantes, oro y una selva inmensa, y sin embargo una esperanza de vida de cincuenta años (Arthus-Bertrand, 2009).
Quién diría que sería posible el crecimiento económico sin desarrollo humano, nunca el dinero había crecido tanto, nunca el PBI había sido de tantos dígitos, y a la vez nunca también la desigualdad había sido tan absurda. Estamos hablando que en la India las personas cada vez excavan pozos cada vez más hondos para obtener agua, mientras que en Las Vegas cada persona usa en promedio entre 800 a 1000 litros de agua, cuando en realidad solo son se requieren 100 litros diarios por persona (Arthus-Bertrand, 2009).
Ya en el Perú, son ocho mil quinientos millones (8 500 000 000) de soles puestos cada año en respuesta a las consecuencias de desastres y problemas ambientales (Brack, 2009). Es el precio del desorden, el precio de hacer las cosas sin pensarlo dos veces, muchos de los problemas de la humanidad se resolverían si tan solo meditáramos nuestras acciones. Nuestra sociedad no esta para malgastar los recursos financieros, ecológicos, ni la pobre infraestructura —la pandemia lo ha probado, la reconstrucción de Pisco aún no termina desde el sismo del 2007 por ejemplo—. No hay nada que no esté relacionado al suelo, al agua, a la naturaleza, al ambiente. No discutir esta problemática es algo que no nos podemos permitir.
DATOS
Se uso el método cualitativo por medio de una encuesta a estudiantes del primer ciclo de las carreras de derecho y ciencias políticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
En lo que respecta a consciencia ambiental y cultura de la prevención tenemos que el 100% siente, sabe, reconoce, que la mochila de emergencia funciona frente a algún desastre, sin embargo solo el 25% de ellos cuenta con una en su hogar.

DISCUSIÓN
¿Alguien se da cuenta de la gravedad del asunto? Los universitarios de primer ciclo de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas son conscientes de que tener esa “mochila de emergencia” les puede ser útil frente a un peligro; no obstante, no emprenden la tarea ¿Por qué les cuesta? Es decir, sabemos que esta mal, y que esta bien, no es que no entendamos, sabemos que un sismo no es un chiste; sin embargo, como que pareciera ¿no? No pasamos del entendimiento a la acción, del buen hablar al actuar con decisión, saber qué hacer y no hacerlo ¿no es eso contradictorio?
No hay nada de natural en los desastres, al contrario, ¿no es acaso un milagro que caiga agua del cielo?, son más bien inducidos, no es que no tengamos la culpa con que cada año las heladas se tiren al piso el exiguo desarrollo de las ruralidades, no es que no podamos hacer nada para dejar de gastar más de ocho mil millones de soles
(8 000 000 000) en respuesta a desastres y problemas ambientales, que no se olvide que por cada sol que se invierta en prevención se ahorrarán 10 soles en reconstrucción (Brack, 2009).
Estamos en el proceso de la cuarta revolución industrial, cada vez los pasos que damos son más largos, Noriko Arai construyo un robot el cual logró ingresar a la mejor universidad de Japón, resolviendo problemas matemáticos e incluso “redactando” mejor que muchos postulantes, los chips hechos con células humanas ya existen y pronto se comercializarán (The Conversation, 2022), la inteligencia artificial de Open AI a través del machine-learning ha logrado superar ya a los mejores jugadores humanos de videojuegos de estrategia complejos, con la web 4.0 los asistentes virtuales solo necesitarán nuestro “acepto” para que hagan nuestras tareas y nos recomienden cosas en base a los datos que damos a las empresas, ¿estamos preparados para lo que se viene? nos hemos metido en un carro sin frenos, y piénsalo, si nos resistimos -si nos desesperamos- solo empeoraríamos las cosas. Lo mejor es dejarnos llevar por el proceso. Aprovechemos las herramientas de este siglo.

Me refiero a que hay satélites, drones, computadoras, gps, internet… ahí está la geomática, la ingeniería sismo-resistente, las ciencias de los datos, la cartografía… ¿Tú sabes lo útil que es poder tomar fotos de la tierra desde el espacio? ¿Sabes las cosas inimaginables que podemos llegar a hacer con esa información? Ignoramos que podemos construir desde sistemas de alerta temprana (SAT) que nos den más tiempo ante la llegada de olas de ocho metros por ejemplo —como en el tsunami del 2004 del océano índico en el que las olas llegarían a la India en dos horas, ciento veinte minutos para evacuar y no todos serían avisados— hasta sistematizar las zonas con más riesgos y vulnerabilidades, con la logística adecuada para saber cuánta ayuda humanitaria se requerirá; en qué zonas se concentrará; cuáles serán las rutas de auxilio; calcular el número de damnificados; afectados; viviendas colapsadas; inhabitables; colegios; postas; hectáreas de cultivo perdidas; etc
A través de un sistema de información geográfica (SIG) podemos disponer, monitorear, editar y compartir geodatos, y a partir de ellos predecir y localizar problemas, compararlos con unos de otros lugares o de otros tiempos, predecir el impacto ambiental, gestionar un mejor urbanismo, inclusive relacionar variables de todo tipo a través de un mapa interactivo, como el hecho de relacionar número de casos de covid con hospitales, ¿será que hay más contagiados en los alrededores de hospitales? Los mapas son un laboratorio en sí.
No basta simplemente con que la información este disponible, sino de que tales datos sean compartidos, discutidos, criticados y así retroalimentados. El hecho de que muchos de los universitarios conozcan lo que es el Planagerd es un paso adelante en comparación hace unos años; sin embargo ser consciente no es suficiente. Por otro lado es evidente que la sociedad civil no se ha apropiado del SIGRID, el SINPAD y el SINADA, no ha habido un vínculo entre máquina y humano, cabe preguntarnos el por qué.
¿No sería acaso muy beneficiario para todos comprometer especialmente a las nuevas generaciones en este dilema en particular por medio de las nuevas tecnologías? ¿Acaso subestimamos la capacidad de los niños? ¿Porque no en vez de demasiado matemática y memorización hacer que los niños construyan con sus manos el mapa de riesgos de su zona?
Nótese también que es un punto a favor que tales sistemas estén colgados a internet, pero que no se olvide que en el Perú para enero y febrero del 2020 (antes del inicio de la pandemia por covid-19) solo 4 de cada 10 hogares contaba con acceso a internet. Si bien para los mismos meses del 2022 vemos una subida. Esta realidad comunicativa nos insta a re-pensar el modo cómo llega la información a las personas. Hemos avanzado; pero aún podemos ir más allá.

El acercamiento entre ciudadanía y GRD ha resultado algo fortuito, como si prepararse ante sismos fuese cosa solo del estado, vale decir que nos hemos desacostumbrado de la prevención, hemos perdido el hábito de hacer bien las cosas, olvidamos que estos fenómenos conviven con los de aquí desde hace miles de años, ¿por qué razón nosotros no podríamos hacer lo mismo? La gestión del riesgo de desastres debe tener a la sociedad —a nosotros— como actores principales, nosotros somos los gestores, las entidades gubernamentales solo son un apoyo extra, una política en GRD que no se enfoca en la ciudadanía simplemente no tiene sentido.
Y justamente para que el Plan Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres sea verdaderamente “nacional” es imprescindible una perspectiva 3D, un enfoque integral, téngase en cuenta que solo el 34% de los peruanos tienen o han tenido una educación a nivel superior; el 10,4% (3 051 612 personas) cuenta con alguna discapacidad; el 13,6% (3 799 7880) han aprendido a hablar con el Quechua, y más de 4 millones 500 mil personas hablan una lengua originaria del país, son barreras que hay que romper, nuestra estrategia como nación requiere del entrelazamiento de todas las culturas del Perú. De otro modo todo lo que se haga sería como sembrar la tierra sin regarla, simplemente así no funciona.
De eso se trata un estado abierto, donde las personas conocen las normas, los métodos, los mecanismos, participan, se trata de una sociedad activa.
Las herramientas, la tecnología, los sistemas, las ideas, las personas, la capacidad, la tenemos, solo falta aplicarlos.
La verdad duele; pero el olvido mata.

Referencias
Arthus-Bertrand, Y. (Dirección). (2009). Home [Película]. Europa Corp. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=LbMj3I6o8ec
Banco Mundial. (02 de Mayo de 2022). Disaster Risk Management. Recuperado el 15 de Agosto de 2022, de The World Bank: https://www.bancomundial.org/es/topic/disasterriskmanagement/overview
Brack, A. (Dirección). (2009). La Buena Tierra [documental ] [Película].
García, R. (2022). Nazca y el diluvio universal, el inicio del cambio climático. TEKHNÉ, 25(1), 77-92. Obtenido de https://revistasenlinea.saber.ucab.edu.ve/index.php/tekhne/article/view/5401
Perú Sorprendente. (5 de septiembre de 2018). Cahuachi: La ciudad perdida de los Nasca . Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=YMekZU3LktU
The Conversation. (24 de Mayo de 2022). Tech firms are making computer chips with human cells – is it ethical? Recuperado el 8 de Agosto de 2022, de The Conversation: https://theconversation.com/tech-firms-are-making-computer-chips-with-human-cells-is-it-ethical-183394

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