Stephany Calderón (Lima, 1991) Es periodista, escritora y cineasta. Sus poemas aparecen en espacios físicos como digitales. En el 2017 ganó una mención honrosa en el X Concurso “El Poeta Joven del Perú” por su poemario “El Péndulo de la Locura”. También ha filmado diversos cortometrajes y un documental. Actualmente culmina la carrera de Dirección y Producción de Cine en la Escuela de Cine y Artes Visuales de Lima.
Gata limonada
Lima está en tu rostro,
en tu imparable diluvio de intermedios,
en tus dedos que esperan felicidad,
en tus ojos, relámpago de aldeas donde lo imposible se cocina.
Perdurar la apertura sin arañas en la mente de la mirada,
sin la ilusión de la amenaza del tiempo.
Escudo de la alegría añorada que se va diluyendo.
Filosofando en el techo (Mientras toalla y mi corazón aprende)
La media seca viene mirar la llegada de la media mojada. Hay varias opciones:
entre ellas dos circunstanciales básicas:
Irse – la media seca- de la media mojada o
Quedarse y sacrificar su soleada madurez, mojándose otra vez.
La cuestión en el caso uno es ¿Libertad egoísta de huir y sólo deslizar su amor
con súbitos movimientos de corazón de algodón? o
¿Sacrificarse por amor, aunque esa espera detenga su evolución,
pero se sientas feliz por el amor en su pequeña cárcel?
De tin marin de do pingüe
Si nunca has visto una carita feliz en la vereda
o no has hecho una carita con las frutas de tu casa,
este poema quizás no sea para ti.
Este poema habla de chiquititudes ordinarias
de una adulta que no creció y cuya seguridad
lidera el ranking del mejor juego del azar,
tipo yan que po, o zapatito roto.
Divergencias lúdicas desde que al timón
del destino se le borró la memoria.
Y aquí estamos, cavilando, caminando,
escribiendo y borrando historias.
Elegir el chocolate de la caja de chocolates de Forest Gump
requiere mucha intuición de la providencia.
Es una forma intensamente payasa y estrellada
de encontrar tu respuesta
si no lo has visto antes
en los avisos publicitarios
o prestando atención a las canciones de los taxis.
De tin marin de do pingüe.
La seguridad es el último pétalo de la flor
al que no le pusiste sí o no.
La madurez es caminar de frente con la mente ocupada
ignorando las rayitas del suelo.
Es no reírte si alguien se tropieza.
Es no cambiar las voces, ni los diálogos
de las personas a un par de pasos al frente.
Es no titubear cuando estas apunto de
decir algo importante o vistes elegante.
Es no tomar decisiones por intuición
o mágicas corazonadas.
Es algo así como el síndrome de Peter Pan
que se quedó congelado en un capítulo que olvido recordar.
De todos modos, la poesía es un juego.
Un juego de escondites.
Todos los que por ella nos deslizamos
somos eternos niños
que no hemos sabido cómo curarnos
de nuestra necesidad vital de travesura.
Somos aquellos que dejamos de creer.
De invocar la magia en las señales
para hacerle cosquillas a la mente,
y sacarle el brillo a la chispa.
Marcando el ritmo del tiempo,
o el tiempo del ritmo,
el paso de la saliva,
pasando los dedos por detrás de la oreja
mirando a un costado mientras sonríes chiquito.
Nuestra confianza es la seguridad de nuestro pétalo
que es justamente el pétalo de nuestra seguridad,
o el pedal de nuestro propósito.
Contacto: scalderonhurtado@gmail.com
Instagram: @magastar.blog