Foto: La República

“…EN ESTAS CIRCUNSTANCIAS EL TRIUNFO DE LA DERECHA EN LIMA NO REPRESENTA NADA CON RESPECTO A UNA TENDENCIA ELECTORAL DE IZQUIERDAS PROVINCIANAS Y REGIONALES EN LAS PROXIMAS ELECCIONES GENERALES…”

POR JULIO HERRERA DIRECTOR DE PORTADA HISPANA

El triunfo en Lima del candidato del partido político Renovación Popular, Rafael López Aliaga, en las elecciones Municipales 2022 replantea el escenario de la democracia partidaria en nuestro país.

Con la victoria de López Aliaga en Lima, se reconfirma por el momento la supremacía de la derecha en la capital del Perú. En los últimos 40 años la izquierda ha ganado en Lima tan sólo en dos de diez oportunidades: En las elecciones Municipales de 1983, en las que la Izquierda Unida IU -una coalición de partidos y movimientos de izquierda a nivel nacional- ganó en Lima con Alfonso Barrantes Lingán; y en el año 2010 en elecciones que ganó Fuerza Social con Susana Villarán.

Además, con las elecciones Municipales del 2022 nos queda claro que algunos actores políticos se van perfilando como presidenciales fijos: López Aliaga, Daniel Urresti, George Forsyth, César Acuña, Fernando Olivera, Omar Chehade, quienes se van consolidando como los líderes políticos de mayor alcance nacional.

Las elecciones Municipales 2022 por otro lado marcan un revés para los partidos políticos que definieron la Segunda Vuelta de las elecciones presidenciales 2021: Fuerza Popular y Perú Libre. En ambos casos el electorado les ha negado su confianza un año después; lo cual es una pésima señal para la democracia peruana. Lo cual vamos a explicar.

Con Fuerza Popular y Perú Libre han sido derrotados todas las organizaciones y fuerzas políticas de alcance nacional, es decir los llamados “partidos políticos tradicionales” que por ley deben tener presencia en todos y cada uno de los distritos electorales a nivel nacional.

La otra cara de la medalla son los movimientos locales, regionales, provinciales o distritales, que son los que han conseguido el mayor número de municipalidades y gobiernos regionales a nivel nacional.

Esta supremacía de los movimientos locales sobre los partidos políticos nacionales es el reflejo en el voto popular del fraccionamiento del país, de la desestructuración entre sus regiones, de la centralización del poder por la capital Lima, pero sobre todo de la crisis de legitimidad y de gobernabilidad que atraviesa el país desde la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski a la presidencia.

Como es sabido, la corrupción  en el sector público ha sido el punto débil por donde reventó la larga crisis del sistema democrático iniciada con el autogolpe de 5 de abril de 1992 y que continuó corroyendo la institucionalidad democrática hasta el destape del caso Lava Jato el año 2016. Con el caso Lava Jato se abrió investigación a los gobiernos de los principales partidos políticos del país: APRA, Fuerza Popular, Partido Nacionalista, Perú Posible, etc.

Lo peor de todo es que Lava Jato también tiene una versión regional-municipal, que está llevando hasta el momento a más de 100 alcaldes y más de 20 presidentes regionales a la cárcel, en su momento candidatos no sólo de partidos políticos sino también de movimientos locales.

Al respecto, la Contraloría General de la República informó que 690 candidatos que participaron en las elecciones Municipales 2022 presentan antecedentes en los informes de control de la Contraloría por responsabilidad penal, civil o administrativa en el sector público.

Política y administrativamente, la supremacía de los movimientos locales sobre los partidos políticos en estas elecciones 2022 resulta peligrosa para la integridad de la soberanía del país por la falta de una proyección o plan nacional, propio de los partidos políticos, algo de lo que los movimientos locales carecen por enfocarse en la problemática de sus provincias.

En estos momentos podemos afirmar que no hay partidos políticos fuertes en el Perú. Analicemos a los partidos que han llegado a disputar la Municipalidad de Lima: Renovación Popular y Podemos, organizaciones que han sido recientemente formadas y que difícilmente podrán ocupar el lugar del APRA, Acción Popular, Fuerza Popular. El caso de APP y de su líder César Acuña es un caso particular, siendo un partido nacido en provincias, ahora tiene alcance nacional. Similar es el caso de Perú Libre, APP pertenece al norte del país y Perú Libre al centro. La diferencia entre ambos es que siendo de derecha APP viene acentuando su presencia en la política nacional consolidando su institucionalidad, mientras que Perú Libre siendo de izquierda ha tenido un rápido ascenso en las elecciones Presidenciales del 2021 arrastrando consigo el voto de movimientos provinciales y regionales, pero en estos momentos su institucionalidad está en riesgo, siendo el partido de gobierno se encuentra inmerso en investigaciones fiscales relacionadas a acusaciones por corrupción, al igual que Fuerza Popular y otros partidos de los denominados “tradicionales”.

Por la carencia de partidos políticos fuertes con presencia a nivel nacional y con planes programáticos a largo plazo para el país, puede considerarse que la inestabilidad y la ingobernabilidad del país continúen. En estas circunstancias, el triunfo de la derecha en Lima no representa nada con respecto a una tendencia electoral de izquierda, regionalista y provinciana, en las próximas elecciones generales.

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