POR CARLOS DE LA TORRE PAREDES -ANALISTA POLÍTICO

Tras la entrega de credenciales a quien ocupará el sillón municipal en Lima Metropolitana, vale la pena recordar que Lima es una ciudad repleta de cultura, historia y tradición. Quien haya pasado por su centro histórico rápidamente puede reconocer el sello de una época pasada, aún presente entre sus calles.

La vinculación de Lima con su historia de casi 500 años es inseparable, y es por eso que iniciativas que pongan en valor su tradición son necesarias desde la gestión pública. La labor que desde la Municipalidad de Lima ha venido realizando Prolima por varios años ha contribuido con eso, y también los esfuerzos de larga data de los Ministerios de Cultura y de Comercio Exterior y Turismo para poner en valor los espacios históricos y culturales de la ciudad.

Por ejemplo, en el Rímac se encuentra la Quinta de Presa, conocida equivocadamente como el Palacio de la Perricholi, que es un palacete colonial de gran opulencia, que será refaccionado gracias a una alianza público-privada en la que participan el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, el World Monuments Fund Perú y el Patronato del Rímac. Se espera que la refacción esté concluida para el 2024.

Pero la gestión cultural que vincula lo privado con lo público se expresa también en eventos culturales, como la tradicional Feria del Libro Ricardo Palma, que permanecerá hasta este domingo 20 de noviembre en el Parque Kennedy de Miraflores. Este evento se desarrolla gracias a la Cámara Peruana del Libro en coordinación con la Municipalidad de Miraflores.
Esta feria se viene desarrollando ya 50 años, por lo que es la feria del libro más antigua del Perú, y una de las más queridas por los autores y lectores por su excelente ubicación, en el corazón mismo de una de las zonas turísticas y comerciales más importantes de Lima.

También, vinculado a la tradición limeña, se encuentra el proyecto de rescate editorial realizado por el Instituto Océano – Pedro Peralta y Barnuevo, gracias a los Apoyos Covid del Ministerio de Cultura, que permitieron reeditar el libro Lima, apuntes históricos, descriptivos, estadísticos y de costumbres, de Manuel Atanasio Fuentes, publicado por primera vez el año de 1867, y que este año ha sido reeditado por el sello Calíope, de la editorial peruana Torre de Papel Ediciones.

En este libro, Manuel Atanasio Fuentes hace una descripción detallada de la Lima en la que se encuentra, siempre con una pluma satírica que lo caracteriza. Lo curioso es que, si bien la ciudad ha crecido en estos más de 150 años y muchas de sus calles descritas se han transformado, en esencia, continúa siendo la misma, algo que puede llevarnos a reflexionar sobre nuestra peruanidad, sus virtudes y carencias. La sensación al revisarlo es similar a la de leer Horas de Lucha de Manuel González Prada; por eso no ha resultado raro que algunos colegios a nivel nacional se interesaran en la publicación y la destinaran a sus estudiantes de secundaria.

La ciudad de Lima es historia viva, como todas las ciudades que han sobrevivido más de cuatro siglos, y por eso las intervenciones culturales que permitan que esta naturaleza se exprese y se mantenga contribuirán a seguir generando espacios de cultura, que atraerán turistas, nacionales y extranjeros, y más inversión, lo que fomenta que se active el circuito de la participación en la cultura.

Si a eso se le suma la diversidad cultural que existe en la capital, aunado al hecho de ser una metrópoli medianamente cosmopolita, se puede considerar que Lima posee todos los elementos que le permitirían convertirse en una ciudad cultural, y generar desarrollo a partir de producción cultural diferente de la comida, algo que debería considerar el nuevo alcalde de Lima para asegurar una gestión que aproveche todas las potencialidades de la ciudad a favor de la población.

Publicado en EXPRESO

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