Foto: Andina

II. Las dos plagas en la sociedad: Corrupción e Ineficiencia

La corrupción no tiene colores políticos, tampoco principios, son corruptos desde aquellos de cuello y corbata hasta quienes viven con aires de tecnócratas, es una convivencia perversa, los unos para llegar al poder político poniendo a “sus ahijados políticos “y los otros, convertidos en autoridades obedeciendo a sus patrones políticos o financistas. La lucha contra la corrupción se ha convertido en potente anzuelo para los políticos, en y fuera de campaña, lo irónico es que cuando llegan al poder de cualquier nivel de gobierno, olvidan todo lo prometido. Recordemos, Martin Vizcarra  , llegó a la Presidencia bajo la tutela de luchar contra la corrupción y el caso más reciente es en la Municipalidad Metropolitana  de Lima, donde el 20 % de funcionarios designados registran denuncias por corrupción y otros delitos.

El Perú durante los últimos 22 años ha mostrado periodos de altos, medios y bajos crecimientos económicos, los altos (solo tres años) empujado por los precios de los minerales y los bajos, por erradas políticas populistas combinada con procesos de inestabilidad política social, alentada por los propios gobiernos y sus equipos. En este escenario, entonces, las estadísticas muestran que el crecimiento terminó solamente beneficiando a unas relativamente minorías y acrecentó más notorias las brechas de ingresos y otras brechas sociales. Según informaciones especializadas dan cuenta que al 2021 los grupos poblacionales de los estratos D y E representaban el 62 % mientras el estrato A significaba el 1 % de la población.

Por el lado de la distribución del ingreso, cada año se vuelve más excluyente para amplios sectores de la población, teniéndose que ahora menos gente concentra mayor riqueza y en contraposición, más gente con más pobreza. Esta realidad al contrastarla con regiones como Cajamarca o Apurímac, importantes centros mineros, encontramos que son regiones con altos índices de pobreza; lo paradójico es que son las primeras productoras de oro y cobre, productos primarios exportados al mundo desarrollado.

Para graficar aún más las contradictorias realidades socio económicas que viven los peruanos, la ENADES señala que sólo el 15% de los encuestados por la ENADES 3 cuentan con ingresos suficientes; al 32% no le alcanza y tiene dificultades y al 15% grandes dificultades. El 83% considera el acceso a la justicia muy desigual; el 70% el acceso a la salud; el 59% a la educación y el 59% al trabajo y para completar la FAO concluye que alrededor de 16,6 millones de peruanos pasan situaciones de inseguridad alimentaria.

Esta realidad y sus resultados, en mayor parte, pueden atribuirse a los tres niveles de gobierno que han dirigido a lo largo de las últimas dos décadas el destino de las regiones y sus comunas y el gobierno central, otra razón pero de baja/regular incidencia han sido factores externos; bajo este panorama entonces como explicar estos desencuentros, entre crecimiento económico y salud económica de las familias. La respuesta es inequívoca: la corrupción (4 -5 % del PBI), la ineficacia del Estado (45 % de inversión no ejecutada) y la informalidad (80 % de la economía).

La corrupción parece no tiene frenos y así lo evidencia el Procurador Público Especializado en Delitos de Corrupción – Dr. Javier Pacheco – al señalar que en lo que va del año (I trimestre) se identificaron 3,403 nuevos actos de corrupción y agrega que, el 2022 se identificaron once mil nuevos actos de corrupción, mil casos más que lo reportado en el 2021 y dos mil más que lo registrado en el 2020. En igual sentido, el Contralor General de la República – Nelson Schack – denuncia que (el 2022) 8,730 funcionarios públicos estuvieron involucrados en actos de corrupción, siendo los delitos más frecuentes el peculado, cohecho -debido al cobro de coimas de parte de funcionarios públicos, colusión -debido a compras de bienes y servicios realizadas por el Estado-, negociación incompatible, aprovechamiento indebido del cargo -donde una autoridad se beneficia a sí misma-, organización criminal, entre otros.

El Contralor General de la República, Nelson Shack, reveló que en el año 2021 los actos de corrupción e inconducta funcional en la administración pública ocasionaron al país un perjuicio económico estimado en S/ 24, 262 millones, mientras que la Defensoría del Pueblo da cuenta que entre el 2017 – 2020 se registraron más de 27 000 casos de corrupción en trámite en todo el país, es decir por cada mil docientos veintidos (1,222) habitantes existen 27 casos de corrupción en trámite.

La corrupción afecta de manera transversal a las sociedades, para los Estados y sus instituciones es la pérdida de credibilidad y confianza, pudiendo en extremo llegar a una deslegitimación, para los ciudadanos significa pobreza y deterioro de su calidad de vida y acelerados procesos de exclusión en todo sentido, para el sector formal de la economía se traduce en sobrecostos por inseguridad, inseguridad jurídica y no predictibilidad en el sistema de justicia; para la economía significa rezago y estancamiento en su relacionamiento con el mundo y hostil a la inversiones formales. En suma, la corrupción como fenómeno creciente termina significando atraso en el desarrollo de pueblos, Estados y ciudadanos.

En fecha reciente, la Contraloría General de la República (CGR) dio cuenta que en el primer año de la pandemia por la COVID-19, el daño patrimonial generado al Estado por corrupción e inconducta funcional habría alcanzado los 22, 059 millones de soles, equivalentes a 12.6% del presupuesto ejecutado en el 2020 y al 3.2% del PBI del mismo año.

Es importante mencionar que dicha cifra refleja las pérdidas directas, pues las indirectas, generadas por la ineficiencia y la pérdida de confianza en las instituciones públicas resultan incalculables. Algunas estimaciones señalan que alrededor del 15%

del presupuesto público ejecutado en 2019 se habría perdido por corrupción e inconducta funcional. Los Gobiernos regionales más afectados, en términos relativos, son Callao, Lambayeque y Pasco; mientras que, a nivel del Gobierno nacional, los sectores con mayor índice de corrupción son, Transportes y Comunicaciones, Salud, Vivienda y Educación.

En términos de Corrupción, el 2022, según por Transparencia Internacional señala al Perú como un país con altos niveles de corrupción en América Latina, ocupando el

puesto 101 de 180 economías, y muy por debajo de otros países vecinos como Uruguay (18°) y Chile (27°). Los impactos económicos de la corrupción es la pérdida de ingresos reales como lo afirma el Economista R. Chang, quien señala “si solamente alcanzáramos el nivel de Chile, los ingresos promedios aumentarían en alrededor de 1,800 dólares anuales”. A esta pérdida en los ingresos, se suma que la corrupción también crea un clima de negocios desfavorable. De hecho, según reporta el Banco Mundial, la incidencia de empresas que enfrentan la exigencia de sobornos en trámites gubernamentales en el caso peruano está muy por encima del nivel de América Latina y El Caribe.

Otro impacto que tiene la corrupción en el país es que eleva el costo de acceso a servicios básicos y también los excluye de una oferta de servicios que el Estado está en la responsabilidad de brindar a los ciudadanos. En la región, el Perú se ubica como el tercer país con mayor número de usuarios que tuvieron que pagar una coima, en términos relativos es de 70 %; este escenario termina afectando en mucho mayor medidas a los más vulnerables.

Si bien la tasa de corrupción, a decir de las autoridades nacionales, es estable, al mismo tiempo es preocupante en tanto los niveles de gobierno están administrado muchísimo más dinero que en años anteriores; por ejemplo, el 2010 el presupuesto fue de 82 mil millones mientras que el 2022 fue de 197 mil millones, es decir en 12 años aumentó 140 %, estimándose que la corrupción (2022) puede estar alrededor del 16 % del Presupuesto Nacional o su equivalente el 5 % del PBI (2022). En consecuencia, la cantidad de dinero que se apropian del Estado es mucho mayor, veamos esta afirmación mediante el siguiente ejemplo:

La información del cuadro precedente indica, a medida que se producen mayores gastos públicos, como se evidencia en los últimos 12 años y particularmente en situaciones de declaratorias de emergencia 4 , el perjuicio económico que la corrupción ocasiona al Estado, es la pérdida de oportunidades para los peruanos. El mismo Contralor de la República señala expresando que al evaluar sólo 19,000 millones, realizado en diversas transacciones, se encontraron irregularidades generando un perjuicio económico de 1,134 millones (pérdida para el Estado), es decir la tasa de corrupción se acerca al 6 %.

Igualmente, para la Contraloría y Procuraduría General de la República los actos de corrupción están vinculados a designaciones de funcionarios públicos que no cumplen con los perfiles adecuados para cumplir sus tareas (Ineficiencia). Además, en los procesos de contrataciones de bienes y servicios, particularmente en las áreas de salud, transportes, educación, agricultura y, sobre todo, en los temas de infraestructura.

Las licitaciones de obras ocupan el segundo lugar en la lista de hechos de corrupción, esto estarían enfocados principalmente al monto de los proyectos. Desde el Ejecutivo, han sido los sectores de, Transporte, Educación, Salud, Vivienda y Agricultura, donde más actos de corrupción se han observado. Así mismo la corrupción no es patrimonio del Ejecutivo también está en los gobiernos regionales y locales, especialmente cuando ejecutan obras de saneamiento, de viabilidad, en la infraestructura educativa, en los reservorios o encauzamiento/limpia de ríos , etc.

Las instituciones que albergan el mayor número de casos de corrupción son las municipalidades, seguidas de los gobiernos regionales y los ministerios. De este último grupo, sobresale el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, ministerio de Salud, de Transporte y Comunicaciones, Agricultura y el Ministerio de Trabajo. La corrupción según territorios indica que Lima reúne el mayor número de investigaciones con 10,587; Áncash con 4,501; Cusco con 3,552; Junín con 3,455 y Ayacucho con 2, 747. (Este ensayo completo continuará próximamente en www.portadahispana.com).

OPORTUNIDADES PERDIDAS: ESTADO INEFICIENTE Y CORRUPTO. Víctor Vásquez Villanueva, Jaime Salomón Salomón, Jorge Arévalo Acha. Defensoría del Productor Agrario. Lima, Perú – 2023

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here