La Batalla de Miraflores, librada el 15 de enero de 1881, fue uno de los enfrentamientos decisivos en la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile (1879-1884). Este conflicto, causado principalmente por disputas territoriales y económicas, dejó una huella indeleble en la historia de ambos países. La batalla de Miraflores, junto con la anterior Batalla de San Juan, marcó el fin de la resistencia organizada en Lima y permitió la ocupación chilena de la capital peruana.
Contexto y Desarrollo
Tras la derrota en San Juan el 13 de enero, las fuerzas peruanas, bajo el mando del general Nicolás de Piérola, intentaron reorganizarse en Miraflores, al sur de Lima. Allí se establecieron defensas en tres líneas, con miles de soldados y voluntarios, incluidos civiles. El ejército chileno, comandado por el general Manuel Baquedano, avanzó con una fuerza bien organizada y equipada.
El enfrentamiento comenzó al mediodía, tras un fallido intento de tregua.Luego debombardear la ciudad desde el mar, las tropas chilenas lograron superar las defensas peruanas después de un combate intenso y sangriento que duró varias horas. Pese a la resistencia heroica de los peruanos, la superioridad numérica y material de los chilenos fue determinante. La batalla dejó miles de muertos y heridos, y Miraflores quedó en ruinas, incendiada durante el conflicto.
La derrota en Miraflores selló el destino de Lima. Sin fuerzas para resistir, la capital fue abandonada por Piérola y ocupada por las tropas chilenas el 17 de enero de 1881.
La Entrada del Ejército Chileno a Lima
El 17 de enero de 1881, las tropas chilenas hicieron su entrada oficial a Lima, consolidando la ocupación de la capital. Esta acción fue precedida por el caos en la ciudad, con incendios y saqueos realizados tanto por soldados como por civiles. La ocupación chilena trajo consigo la instauración de un régimen militar que intentó mantener el orden mientras proseguía la guerra.
La ocupación de Lima tuvo profundas repercusiones, tanto en el ámbito político como social. Para los peruanos, representó un periodo de humillación y sufrimiento; para los chilenos, un paso estratégico hacia la consolidación de su victoria. Este episodio sigue siendo un tema de debate y análisis, recordado como un momento crítico de la historia compartida entre ambos países.