En Carnavales, Sylvia Falcón nos presenta su última producción: «La Matarina», un homenaje al Carnaval Cajamarquino.
«Este hermoso clásico cajamarquino, joya de nuestro cancionero nacional, ha inspirado por décadas a diversos artistas y realizadores. Aquí sumamos una versión que espero la disfruten mucho y la compartan en estos carnavales 2025», nos cuenta Sylvia Falcón.
«¡Quiero dar gracias infinitas a quienes fueron parte de este proyecto! Qué honor contar con el gran Juan Carlos Fernández en la producción musical. La jerarquía del maestro Pepe Céspedes en los arreglos y los teclados, los capísimos Karlhos Misajel en el saxo y Ricardo Zárate en el bajo eléctrico», nos dice Sylvia respecto al equipo que paticipó en esta gran producción consiguiendo una obra artpitica de extraordinaria calidad.

«También quiero agradecer a la impecable mezcla y masterización estuvo a cargo de Julio Jáuregui. En la realización del lyric video todo el arte de Giovanni Nésterez.Un agradecimiento muy especial a Pepe Chávez, destacado fotógrafo cajamarquino, por ceder sus bellas imágenes a la realización de nuestro video y a Pepito Córdova por el hermoso arte en los dibujos finales.Siempre gracias a José Miguel Valdivia por mi vestuario, Nicole Akari en peinado – maquillaje y kika Ricci por las joyas».
Video «La Matarina» de Sylvia Falcón
La Matarina, picardía y tradición Cajamarquina
El Carnaval de Cajamarca es una de las festividades más emblemáticas del Perú, conocido por su alegría desbordante, comparsas coloridas y por supuesto, su música tradicional. Entre las muchas melodías que acompañan esta celebración, destaca «La Matarina», una canción festiva que ha trascendido generaciones y se ha convertido en el himno no oficial de los carnavales cajamarquinos.
La Matarina es un tema que refleja el espíritu del carnaval: el desenfado, la picardía y la tradición andina fusionada con ritmos mestizos. Su pegajosa melodía y su ritmo animado invitan a la danza y a la celebración, con letras que evocan el coqueteo y la alegría del pueblo cajamarquino. A través de los años, ha sido interpretada por diversas agrupaciones y artistas folclóricos, manteniéndose vigente en cada carnaval y reafirmando su papel como símbolo de identidad regional.
El impacto de «La Matarina» trasciende los carnavales. En diversas regiones del país, esta canción es reconocida y celebrada, demostrando cómo la música popular puede unir a los peruanos a través de sus tradiciones.

Sylvia Falcón, Voz que Resuena en el legado inmortal de Yma Sumac
En el panorama musical peruano, una voz destaca por su inigualable registro y su capacidad de fusionar lo tradicional con lo contemporáneo: Sylvia Falcón, soprano de coloratura que ha conquistado escenarios nacionales e internacionales, rescatando el legado de la legendaria Yma Sumac y llevando el canto andino a nuevas audiencias.
Nacida en Lima, pero con raíces profundamente ligadas a los Andes, Sylvia Falcón ha dedicado su carrera a interpretar y revalorizar la música tradicional peruana con un enfoque académico y artístico. Su extraordinaria voz, capaz de alcanzar notas extremadamente agudas, la ha convertido en la heredera natural del canto melismático y coloratura que inmortalizó Yma Sumac en el siglo XX.
Falcón no solo interpreta huaynos y arias inspiradas en la música andina, sino que también reinterpreta clásicos del folclore peruano con un estilo refinado y majestuoso. Su álbum «Killa Lluqsimun» (La luna sale) es una muestra de su talento y de su misión por rescatar el canto ancestral con una propuesta contemporánea.

Además de su faceta como cantante, Sylvia Falcón es investigadora de la música tradicional y una embajadora del arte peruano en el mundo. Su trabajo ha permitido que nuevas generaciones descubran el valor del canto andino y que la riqueza musical del Perú trascienda fronteras.

La conexión entre «La Matarina» y Sylvia Falcón radica en la fortaleza de la tradición musical peruana. Mientras que la primera es una expresión popular que enciende la fiesta del carnaval, Sylvia representa la sofisticación y el virtuosismo de la música andina llevada al escenario global. Ambas son manifestaciones de un Perú vibrante, diverso y profundamente orgulloso de sus raíces.