El cine latinoamericano ha encontrado en la figura femenina un tema fascinante y vital, explorando desde diversos ángulos las experiencias, luchas y triunfos de las mujeres en contextos tan variados como las tradiciones familiares, la opresión social y la búsqueda de identidad. En la última década, el cine de la región ha producido múltiples películas en las que la mujer no solo es el tema central, sino el motor que articula historias de profunda introspección y crítica social.
En Roma (2018), el director Alfonso Cuarón retrata la vida de Cleo, una empleada doméstica en Ciudad de México, que representa a las mujeres indígenas y trabajadoras. A través de una cinematografía cautivadora, Cuarón logra inmortalizar a Cleo como símbolo de la fortaleza femenina en un contexto de invisibilización social, al tiempo que explora las complejidades de las relaciones de clase en México. Esta película es un retrato íntimo que, aunque contado por un hombre, profundiza en la vida de las mujeres y sus luchas cotidianas en un sistema patriarcal.
La película La ciénaga (2001) de Lucrecia Martel, otra obra emblemática del cine argentino, examina las relaciones y tensiones familiares desde la perspectiva femenina. En esta cinta, las mujeres son la esencia de una historia en la que la claustrofobia familiar y la sofocante monotonía rural revelan los conflictos internos de los personajes. Martel muestra cómo las mujeres de distintas generaciones se enfrentan a sus propias realidades, muchas veces marcadas por el silencio, la violencia y las expectativas impuestas por la sociedad.
En Brasil, Que Horas Ela Volta? (2015), dirigida por Anna Muylaert, narra la historia de Val, una trabajadora doméstica que ha sacrificado su propia vida personal por la de sus patrones, una familia de clase alta en São Paulo. A través de la relación entre Val y su hija, la película ofrece una aguda crítica a las desigualdades de clase y la rigidez social. Muylaert crea una historia que resuena en toda América Latina, donde las mujeres de la clase trabajadora, muchas de ellas madres, enfrentan la dicotomía entre el trabajo y la familia.
En conjunto, estas películas y otras como Las hijas de Abril (2017) de Michel Franco o Elena (2012) de Petra Costa, reflejan cómo el cine latinoamericano actual sitúa a la mujer en el centro de narrativas complejas y necesarias. La exploración de la feminidad en el cine de la región no solo revela realidades invisibles, sino que también resalta la fuerza y resistencia que las mujeres han mostrado históricamente frente a las adversidades.