POR JULIO HERRERA DIRECTOR DE PORTADA HISPANA

La crisis social ocasionada por la pandemia no ha servido de reflexión a la ciudadanía peruana ni a sus partidos políticos que no consiguen salir de la crisis que ataca la gobernabilidad del Perú desde la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski. Por el contrario, la crisis sigue polarizando el país.

La renuncia de Bellido a la PCM ha tenido respuesta inmediata en la Economía que parece estabilizarse ante los gestos del cambio de orientación política en el Ejecutivo con el nombramiento de la nueva jefa de la PCM, Mirtha Vásquez. Podría ser el comienzo del entendimiento nacional que pondría fin al último periodo histórico de nuestra democracia que se inicia con Fujimori y termina con Lava Jato y el triunfo de Pedro Castillo.

EL PUEBLO PERUANO NO QUIERE MÁS POLÍTICOS: QUIERE SALUD Y TRABAJO.-

El entendimiento nacional que enfrente la crisis mundial post pandemia y que a la vez construya las bases del desarrollo nacional con una visión en un corto plazo de 25 a 30 años ha de ser amplio y multipartidario. Este es el momento y el contexto adecuado, el gobierno de Pedro Castillo es una nueva oportunidad para enfrentar los problemas del Perú con lucidez.

Se equivocan los voceros de Perú Libre que no reconocen las decisiones del Jefe del Ejecutivo cuando afirman que “no respaldarán al nuevo gabinete porque no representa la voluntad de las mayoría que votaron por Perú Libre” porque el pueblo peruano en la primera vuelta no dio más del 20% a Perú Libre. La realidad política del Perú en estos momentos es la deslegitimización y crisis de los partidos e ideologías políticas. La ciudadanía ha rechazado a los partidos políticos con la baja votación que recibieron todos los partidos políticos que participaron en la primera vuelta electoral de este año. Ningún partido político habla con más autoridad que la que les otorga el poder simbólico de la imagen y los medios de comunicación. Más aún cuando continuamos en el mismo rumbo que Toledo, Ollanta y PPK cuando el partido de gobierno se encuentra en plena investigación fiscal. La ciudadanía y el pueblo peruanos tienen otros problemas más urgentes ante la crisis mundial post pandemia; hay hambre, inseguridad e incertidumbre. El Perú tiene que ver por su desarrollo en los próximos 30 o 50 años. No hay tiempo para el enfrentamiento político.

PERO EL ENFRENTAMIENTO INTERNO CONTINUARÁ.-

Sin embargo sabemos que el enfrentamiento político continuará en el Congreso cada vez más fraccionado y polarizado a la vez. Al mismo tiempo el oficialismo se debilita con las pugnas internas, lo que incrementará la inestabilidad política. Difícilmente podrá haber un trabajo coordinado entre el Ejecutivo y el Legislativo. Ahora todo depende del manejo de presidente Pedro Castillo.

CONCLUSIÓN.-

La salida de Bellido representa el fracaso de quienes utilizan el discurso de reivindicación lingüística y cultural quechua con fines políticos. Lo que debiera ser una política de Estado ejecutada con recursos destinados a la investigación científica de las culturas originarias se ha convertido en “bandera de guerra” o “caballito de batalla” de ideologías políticas como el comunismo, el etnocacerismo, el pan-indigenismo, etc., precisamente porque el Estado no ha hecho lo suficiente dejando ese terreno libre a las ideologías políticas de todo tipo.

La salida de Bellido pareciera repercutir positivamente en la Economía. Ya todos hicieron su primera jugada, ahora el turno es de Pedro Castillo.

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