POR JULIO HERRERA DIRECTOR DE PORTADA HISPANA

Preocupación e incertidumbre genera la hegemonía de la izquierda política en América Latina, con gobiernos de esta tendencia en países como Colombia, México, Brasil, Chile, sumados  a los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba porque no parece que la hegemonía de la izquierda vaya a traer resultados positivos para la región.

La incertidumbre debido a la crisis económica se acrecienta luego de los problemas internos evidenciados en algunos de estos gobiernos a causa de la corrupción, como lo son el ex gobierno de Pedro Castillo en Perú, el gobierno de Gustavo Petro en Colombia y el gobierno de López Obrador en México, gobiernos de izquierda que se presentaron en sus respectivos países como la “solución” al problema de la corrupción, pero que ya en el poder, evidenciaron los mismos problemas de legitimidad que otros políticos y gobiernos corruptos. La más grave acusación proviene del recientemente asesinado candidato ecuatoriano Fernando Villavicencio, quien había denunciado públicamente la corrupción en los respectivos gobiernos de México y Colombia y su intromisión en los asuntos ecuatorianos.

En América Latina, la izquierda política ha ganado posicionarse en varios gobiernos porque su discurso ha logrado capitalizar los errores y fracasos de la derecha política que son fundamentalmente la pobreza, la gran diferencia social y el atraso económico de América Latina frente al crecimiento de otras regiones que décadas atrás se encontraban por debajo del desarrollo de las economía más importantes de América Latina. Económicamente, el Sudeste Asiático, el África Occidental y Medio Oriente nos han superado en desarrollo económico. La caída de Venezuela y la crisis en Argentina retrasan la economía de toda la región.

Sin embargo, una vez en el poder, las izquierdas latinoamericanas aplican las mismas medidas públicas que los gobiernos de derecha: asistencialismo social, populismo, y una economía de subsistencia que no saca a nadie de la pobreza sino que la mantiene y reproduce. En consecuencia, tenemos las denominadas villas, favelas, pueblos jóvenes, o arrabales que rodean a las grandes capitales latinoamericanas. Ciudad de México, Bogotá, Caracas, Lima, Santiago, Buenos Aires, Río de Janeiro están rodeadas de gigantescas áreas habitadas por población sumida en la extrema pobreza que suman millones y millones de personas, en contraste con las zonas modernas y de clase media de estas ciudades.

La reciente presencia de Brasil y Argentina en la última cumbre de los BRICS resulta contradictoria con el apoyo mostrado por estos dos países al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Los BRICS son países emergentes de economías que buscan abrirse al mercado global, mientras el régimen de Venezuela y de sus aliados Nicaragua y Cuba son la antítesis de la apertura económica al mundo. El caso de Cuba ya resulta anacrónico en un contexto global de virtualización, digitalización, Internet e I.A. Para algunos analistas, el desface económico de América Latina frente a regiones como el Sudeste Asiático se debe  a la influencia negativa de la izquierda socialista pro cubana en el continente. El caso de Cuba, una isla que hasta antes de Fidel Castro era la vanguardia latinoamericana en tecnología y desarrollo, ilustra este desface. Las políticas socialistas y de izquierda económica en América Latina han traído a menos las economías de Perú, Argentina, Venezuela en pocas décadas, perjudicando especialmente a sus clases medias y obligándolas a emigrar a Europa o Estados Unidos mientras que las políticas asistencialistas y populistas han generado un hiper crecimiento de los sectores más pobres.

Si bien la derecha económica no ha sabido darle una soberanía a la región cayendo en los vicios y errores del neoliberalismo, la izquierda tampoco ha demostrado tener la solución al problema de la pobreza en el continente. En este sentido, América Latina se encuentra a merced de los intereses de los grandes bloques. Es precisamente la inestabilidad pendular entre izquierda y derecha en América Latina la que ha impedido que la región conforme un sólido bloque económico.

Julio Herrera, Director de Portada Hispana: Escritor, periodista y antropólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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