César ORTIZ ANDERSON

Presidente de APROSEC

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El presente artículo ha sido escrito gracias a los aportes de un Coronel PNP (r). La policía funciona como un tornillo sin fin, en donde el movimiento queda siempre contenido entre sus ejes, porque sus esfuerzos no trascienden más allá de sus logros institucionales.

La administración de justicia, la sanción del delito de ninguna manera es competencia de la PNP, pero se la responsabiliza de la inseguridad y el incremento de la delincuencia.

A menudo somos informados de exitosos operativos policiales, en 2022 «Más de 130 venezolanos fueron detenidos en una discoteca y liberados 12 días después», en 2019 «Más de 150 ciudadanos de nacionalidad venezolana fueron intervenidos por ingresar al Perú de manera irregular», todos ingresaron al país. 

En la frontera con Chile, este año, a duras penas la policía contenía a una masa de delincuentes venezolanos expulsados, que finalmente ingresaron, la policía a menudo interviene a 300 o 400 personas, luego todos salen en libertad, los numerosos operativos policiales en todo el país, son realmente exitosos, hasta que interviene el Ministerio Público y el Poder Judicial, después de las diligencias que realizan fiscales y también jueces, no queda detenido nadie, aún cuando porten armas o no muestren identificación, estén en flagrancia, nada de eso y de lo otro importa, también cuentan los derechos humanos de los pobrecitos.

El policía no tiene capacidad para detener a nadie, ni para practicar ninguna diligencia que tenga valor de prueba plena, sino está presente el fiscal y éstos son tan escasos que nunca llegan y si lo hacen es sólo para dejar en libertad al infractor, pero si se detiene a alguien, cuando llega al juez quedará en libertad.

Hace mucho tiempo que la delincuencia se ha dado cuenta que la policía es una especie de espantapájaros, por eso es que cada día hay más delincuentes nacionales o extranjeros y los seguirá habiendo, se organizan o pertenecen al crimen organizado y cada vez estos malditos son más fuertes y se sienten seguros y empoderados, frente a fiscales timoratos y jueces blandengues, tan ajenos a la realidad, que sabiendo que son responsables de esta aguda inseguridad, ríen fuerte al saber que solo se culpa a la policía. A ellos no los tocan, no los critica la prensa ni los fiscalizan los congresistas, porque todos ellos y el país entero está en sus manos.

Así que puede aumentarse el número de policías, sacar a todos los efectivos de las FFAA ¿Para qué? Solo para estrellarse contra los operadores de justicia, verdaderos responsables de esta pandemia delincuencial y cuidado que éstos pueden estar ya extorsionados o comprados por la delincuencia.

Estamos camino de El Salvador (antes de Bukele), Venezuela, Guatemala y otros países, dominados por la violencia, ensangrentados por la agresiva y despiadada delincuencia.

Cuando entenderemos que la Policía hace su parte ¿Y los fiscales y jueces?

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