POR CARLOS DE LA TORRE PAREDES -ANALISTA POLÍTICO

El 24 de noviembre comienza la 44° edición de la Feria del Libro Ricardo Palma, que se desarrollará, siguiendo la tradición, en el concurrido parque Kennedy de Miraflores. Esta fiesta cultural, irá hasta el domingo 10 de diciembre y congregará a los más importantes exponentes del ecosistema del libro en el Perú.

La Feria Ricardo Palma es el evento libresco más antiguo del Perú, y se inauguró en 1972, en plena dictadura militar de Velasco. Sus más de cincuenta años de vigencia, a pesar de algunos años en los que no se realizó, son la muestra de un espacio cultural que resiste el paso del tiempo y sigue fomentando la participación en la cultura de forma integral: acceso, disfrute, compra-venta, producción y difusión.

Las ferias del libro no son solo lugares donde se compran y venden libros, sino que también se generan reuniones editoriales, se cierran contratos, se negocian servicios, se dan talleres de distinta índole… las ferias del libro buscan ser espacios de participación real y activa, lo que debería traducirse en desarrollo.

La Feria Ricardo Palma es un referente de gestión cultural y de cooperación entre lo privado y lo público, pues su organización depende de la Cámara Peruana del Libro, y el espacio depende de la Municipalidad de Miraflores.
En términos de cifras: cantidad de ventas y visitantes, es la segunda feria más importante del país luego de la Feria Internacional del libro de Lima, y es uno de los espacios más importantes para las editoriales para mostrar su nueva producción.

Entre los libros que aparecerán en esta feria, se encuentra Ayllus del Sol, Anarquismo y Utopía Andina del autor Wilfredo Kapsoli Escudero, publicado por Nocaut Ediciones; se trata de una investigación histórica basada en testimonios de un momento fundamental en la historia del Perú: la segunda década del siglo XX, cuando el Perú empezaba una expansión interna que conectaría al país, con todo el choque cultural, social y económico que eso implicó.

La historia debe ser el principal referente para comprender nuestro contexto y poder hacerle frente y, en este sentido, como bien da a entender José Emilio Caro Gómez, quien tiene un texto introductorio en el libro, la posibilidad de que la investigación se base en testimonios directos, no sesgados por una metodología específica, permite una interpretación más sincera de lo acontecido, principalmente en casos de violencia, y en una época tan determinante para el Perú como los inicios del siglo XX.

La producción ficcional también estará presente con nuevas producciones en la Feria, principalmente en editoriales independientes como Torre de Papel, Zafiro, Apogeo, Speedwagon, Mesa Redonda, Eris, entre otras. También se desarrollarán mesas de debate sobre distintos temas, incluso sobre las posibilidades de escribir ficción de diversos géneros como medio de desarrollo.

Sin embargo, se debe considerar que esta confluencia entre lo artístico-cultural, lo académico y la industria editorial, que termina generando un espacio de participación cultural sostenible, requiere de muchos factores para concretarse.

Su localización es uno de los factores más importantes, debido a que el parque Kennedy, además de ser un centro de reunión tradicional en Lima debido a que se encuentra en un punto neurálgico de nuestra ciudad, tiene la mística de estar relacionado con expresiones culturales desde hace muchos años, incluso el parque está rodeado por varias librerías, lo que contribuye a que el público que visita la feria se encuentre predispuesto a comprar libros.
Algunos años atrás, por distintas razones, principalmente decisiones municipales, la Feria Ricardo Palma no se realizó en el parque Kennedy, sino en el parque Salazar, que es el ingreso al famoso centro comercial Larcomar. Esos años, la petición de los libreros, editores y autores era volver al parque Kennedy, pues la nueva localización había reducido drásticamente sus ventas, poniendo en riesgo la vigencia de la feria.

Hace falta mucho ensayo y error para desarrollar espacios de participación cultural integrales, que puedan sostenerse en el tiempo por su propia gestión, más aún en países como el nuestro, en donde el desarrollo económico ha sido tan tardío, que aún no se comprende que los medios de producción también son inmateriales, y que la cultura es un medio de desarrollo.

Expreso

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