Cada ciudadano debe sentirse responsable en contribuir con el desarrollo de su comuna, de su entorno vecinal, de su país.
Como académica universitaria y miembro de CONCYTEC desarrollé mucho trabajo de campo e investigación con mis estudiantes, en los distritos periféricos de Lima; con relación al total abandono de los principales servicios básicos, a los malos diseños estructurales, a la falta de atención oportuna en la salud de los más vulnerables, en la desatención alimentaria de los niños y de personas en extrema pobreza; y la falta de oportunidades para la juventud en el mundo laboral, entre otras problemáticas identificadas.

Cada distrito monitoreado e investigado solo nos dejaban con grandes insatisfacciones por los complejos problemas que, los políticos solo entregaban a cambio, paliativos temporales. A pesar de que, teníamos los planteamientos de solución, veíamos como el habérselos alcanzado a los políticos tradicionales, solo había sido una pérdida de tiempo; y otras propuestas las usaron con fines electoreros.

Como periodista de investigación me resistí a ser parte de un sistema corrupto, así que he desarrollado mi vida profesional de forma independiente.
En 2005 me ofrecieron ser candidata al Congreso a sola firma y todo costeado, solo formando parte de una comparsa que engañaría a los incautos.
Mis principios no son negociables.

Mantuve mi perfil bajo y alejado de la política, aunque siempre mi vena investigativa me obligaba a seguir, junto a mis estudiantes cómo nuestro país, tan rico, tan vasto y con tanto potencial a desarrollar, se veía frenado por la desidia de quiénes solo les ha interesado servirse de la política, y no en servir a su país.
Una de las grandes problemáticas que tiene Lima es que el agua no llega a todos y este elemento tan vital abre brechas sociales de todo tipo.

Convencida del ideario y principios fundamentales que promueve el partido político “Frente de la Esperanza 2021”, liderado por Fernando Olivera Vega quien tiene muy bien identificado cómo alcanzar el desarrollo sostenible del país, soy candidata a regidora para la municipalidad provincial de Lima Metropolitana; y la primera vez que me inscribo como militante formalmente de un partido político.

Somos un equipo técnico y profesional, que escuchamos para entender; pero trabajaremos para resolver. Somos la marea verde de la esperanza, quien junto a la única candidata mujer a la alcaldía de Lima, Elizabeth León, ingeniera de profesión, estamos dispuestos a corregir las gravísimas problemáticas que nuestra Lima enfrenta y de interactuar con todos los distritos que conforma nuestra ciudad que acoge a 10 millones de personas, en beneficio de nuestra Lima costera.

“La corrupción es un monstruo grande y pisa fuerte todas las esperanzas de la gente” dijo nuestro líder, Fernando Olivera, en un debate importante, y con toda la razón del mundo.
Lima necesita un plan de acción a ser ejecutado desde el principio. Se necesita ejecutar las tareas pendientes, las problemáticas identificadas y dar soluciones concretas.

Junto a todo el plan de seguridad ciudadana, el desarrollo urbanístico y ordenamiento estructural de la ciudad, ordenamiento del comercio ambulatorio, se suma planteamientos valiosos en salud, educación, gestión social, cultura: entre otros, que puede llevarse a cabo en coordinación con el sector privado, e incluso con convenios internacionales.

Nuestra niñez y juventud también está incluida en ser parte integrada y ya no más postergada para el crecimiento ordenado de la única ciudad metropolitana costera de América Latina, con todos los beneficios que ello significa.

Centros de capacitación de la esperanza que contribuya a darle valor agregado a la capacidad laboral de nuestra gente son de carácter vital, para el emprendimiento de nuestra Lima e impulsar la reactivación económica.

Así como las casas de refugio para las mujeres maltratadas, casas de hospedaje para los vagabundos, centros de atención y ayuda psicológica son propuestas viables y ejecutables con atención de salud integral, para hacer de Lima una ciudad más amigable y humana.

Lima tiene que recuperar el tiempo perdido y los espacios para todos, pero en orden y sin corrupción.
Lima tiene que contar con planes de acción de corto, mediano y largo plazo; y con gente comprometida con su ciudad y que quiera servirle con humanidad.
Lima tiene que recuperar la calidad de vida en una ciudad costera que, con buena capacidad de gestión pública puede convertirse una vez más en la Perla del Pacífico.

Vecino de Lima, este 2 de octubre marca las dos escobas de Frente Esperanza, un partido político que busca adecentar la política del país, y volverles la esperanza a los peruanos que, comprometidos con nuestras ciudades, podemos construir un mejor país para todos.