POR JULIO HERRERA DIRECTOR DE PORTADA HISPANA

Marchas y protestas: El problema étnico en Puno y la secesión del Perú

Este artículo está escrito desde la perspectiva del rol de los antropólogos en el Perú, uno de los países con mayor diversidad cultural (en el sentido étnico y lingüístico) en el mundo, junto a países como India, Rusia y China, donde se habla más de 70 idiomas sin incluir el quechua, ni el aimara, ni el español, los idiomas oficiales. Se trata del fracaso de la antropología y de los antropólogos peruanos para dar solución al problema ancestral de la diversidad etnolingüística en el Perú.

El título debe entenderse en el contexto de las marchas denominadas Primera, Segunda y Tercera Toma de Lima, que ocurren luego del fallido golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo y que tienen como objetivo derrocar a la actual presidenta Dina Boluarte.

La finalidad de este artículo es describir la tendencia errónea y equivocada que ha llevado en el último siglo a la izquierda peruana y cierto sector de la intelectualidad peruana a confundir el ancestral problema étnico de quechuas y de aimaras con el problema social de la pobreza y la marginalidad en el Perú.

Aproximadamente hace un siglo, el amauta José Carlos Mariátegui planteó una solución a “el problema del indio” y lo pensó desde la perspectiva de la teoría marxista de la lucha de clases otorgándole un lugar en las clases sociales y en la política nacional.

Esta tendencia de la izquierda y la intelectualidad peruanas a confundir un problema étnico-lingüístico-cultural con un problema social, ha llevado al Perú a una serie de fracasos a lo largo de cien años en los que el problema se ha agudizado en vez de dársele solución hasta llegar al 2023 y el problema de la reivindicación de la nación aimara en Perú, Bolivia y Chile.

A fines de los años 1960, el gobierno militar del general Velasco proclamó la “Revolución Peruana” y en base a la teoría de Mariátegui emprendió la Reforma Agraria que expropió de sus tierras a las próximas a industrializarse clase media y clase alta rurales para dárselas a los trabajadores campesinos y arrendires organizados en Comunidades Campesinas que datan de la época virreinal y en Cooperativas donde regía la ideología socialista – comunista. En consecuencia, el agro peruano no se industrializó, pero a la vez que las clases altas y medias peruanas se empobrecieron, la agricultura peruana se empobreció al punto de servir de caldo de cultivo para las ideas extremistas de Sendero Luminoso que aplicó la lógica maoísta de oposición campo versus ciudad, campesino versus burgués, etc., lanzando la “Guerra Popular” a inicios de 1980 Llegando incluso en regiones como Ayacucho y Puno a utilizar ideológica, política y militarmente la reivindicación étnica quechua y aimara respectivamente  para sus fines comunistas en contra del Estado Peruano.

Al ser Sendero Luminoso el principal objeto de estudio de la sociología y la antropología peruana en las décadas de los 1980, 1990 y 2000, llegamos al fracaso de estas disciplinas científicas en el Perú, el cual tiene fecha y lugar: Bagua, junio del 2009. Desde ese entonces el Perú atraviesa por un túnel que se traduce en la crisis política que nos lleva a la inestabilidad de seis presidentes en los últimos seis años, pero que tras la crisis política esconde la latente secesión del sur peruano en una nación quechua-aimara.

Las imágenes que trasmite la televisión peruana sobre cómo interpretan las marchas denominadas “Toma de Lima” en Ayacucho y Puno, consideradas las cunas de las culturas quechua y aimara respectivamente, evidencian la distancia existente entre peruanos.

En cien años, el enfoque de la izquierda y la intelectualidad peruanas al problema de la identidad quechua y aimara sólo nos ha llevado al peor de los enfrentamientos entre peruanos, a la incomprensión y la distancia, pero también a la crisis y la inestabilidad del sistema político del Estado, apuntando a su demolición y a posiblemente, según se concreten los planes políticos para conformar un Estado quechua -aimara entre la zona fronteriza de Perú, Bolivia y Chile, a su secesión.

Julio Herrera, Director de Portada Hispana: Escritor, periodista y antropólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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