Por: YAMILE CERDAS, COLOMBIA
Desde mi punto de vista, los movimientos sociales son más que un medio: son el espacio en el que se crean y transmutan las identidades colectivas, son la voz de la sociedad, el espacio para levantar la mano. El aumento del descontento y el malestar social se presenta de forma proporcional a las promesas incumplidas, a las expectativas insatisfechas y las frustraciones crecientes en las sociedades. Los pueblos empiezan a exigir. La exigencia es de garantías sociales. Eso es lo que los pueblos de América Latina están reclamando hoy.
Y lo hacen en sociedades mucho más abiertas, con aumentos de la clase media, más información, más capacidad de organizarse. Y por supuesto hay impaciencia porque no llegan las respuestas. Como todos sabemos, no es un mito que en muchos países los partidos políticos se han desprestigiado como instituciones capaces de canalizar las demandas de la sociedad y de intermediar en sus relaciones con el Estado. A estos momentos el pueblo piensa que la solución está en las movilizaciones, por lo tanto, en el contexto actual, los diferentes países buscan caminos y ninguno tiene la estabilidad y la seguridad de perdurar en el tiempo.
Se puede deducir que dada esta coyuntura de crisis, la representación política requiere la atención para modernizarse, el diagnóstico es sumamente simple. Ahora, como todos sabemos las soluciones son tremendamente complejas.
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