Por Julio Herrera
Director de Portada Hispana

La crisis y la inflación mundial a causa de la guerra en Ucrania han golpeado finalmente al Perú y el aumento de precios a la vez que la escasez de alimentos debido a las paralizaciones por el alto costo de los combustibles es la noticia de la semana.

Ante esta situación de inestabilidad económica global que ya afecta al Perú, el país no puede continuar en medio de la permanente crisis de inestabilidad política. Se vienen tiempos más difíciles de los que se esperaba debido a la pandemia del covid-19 y el país necesita una dirección firme ante los fuertes embates de la crisis internacional.

La crisis mundial llega al Perú.-

La crisis económica producida por la guerra en Ucrania se va a presentar de modo similar a la crisis del 2020 debido a la pandemia del covid-19, es decir, la economía mundial se cae en un efecto dominó, un sector empuja al otro. Como siempre hidrocarburos y energía es el inicio de la cadena, luego sigue el transporte y el abastecimiento de productos en el mercado. En los próximos meses se sentirán los efectos en el agro por la escasez de fertilizantes y habrá menos producción y desabastecimiento. La falta de productos en el mercado traerá desempleo y la caída del poder adquisitivo.

Perú cuenta con una economía sólida.-

A diferencia de otros países de la región, el Perú cuenta con una economía sólida y de crecimiento estable sustentada en las exportaciones y en la demanda de los minerales en el mercado internacional.

En contraste con nuestra economía ligeramente estable y previsible, la política peruana es una constante de inestabilidad, de vacancias de presidentes, cierres del Congreso, censuras de ministros y caídas de gabinetes. El gobierno de Pedro Castillo sigue el camino de PPK y de Vizcarra y eso no contribuye a la salud de la economía.

Es el momento de tomar medidas.-

Los países de todo el mundo empiezan a tomar medidas para enfrentar la crisis internacional. Como el Perú no puede ser la excepción, el gobierno de Pedro Castillo ya anunció que el agro se declarará en emergencia. Esperemos que estas declaraciones no sean pura demagogia.

Mercado interno y proteccionismo.-

Ante la inflación y la escasez de productos a nivel global, los países están optando por proteger sus economías y mercados internos. El proteccionismo, el estatismo, el controlismo y la nacionalización se ponen a la orden del día como políticas económicas. Algunas opiniones proponen aplicar esas mismas medidas en la economía peruana, regresando a la participación del Estado en la economía y la regulación del mercado, el control de precios, las subvenciones, etc., y exigen el cambio de Constitución.

Cambio de Constitución.-

La Constitución de 1993 es una constitución netamente neoliberal y promueve el libre mercado. La aplicación de este modelo ha permitido al Perú un crecimiento sostenido en el largo plazo desde mediados de los años 1990 a la fecha, reforzado por la ubicación del Perú en la Cuenca del Asia Pacífico, la adhesión a los principales tratados internacionales de comercio y la cotización del precio de los metales. Hasta el momento el contexto mundial ha sido favorable a nuestra economía, incluso durante la pandemia, cuando en vez de intervenir el mercado el Estado promovió su liberalización como medida de reactivación económica.

El gobierno de Pedro Castillo a través de su primer ministro Aníbal Torres ya anunció que no habrá cambio de Constitución ni Asamblea Constituyente. Sin embargo un sector del partido de gobierno, Perú Libre, ideológicamente se opone a continuar con la Constitución de 1993.

Frente a este panorama de riesgo para la economía y la gobernabilidad del país, Pedro Castillo debe decidir con quién tomar las decisiones adecuadas para evitar cometer errores que todos los peruanos tendrán que pagar.

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