POR CARLOS DE LA TORRE PAREDES -ANALISTA POLÍTICO

En los medios de comunicación trascendió que Antauro Humala ha empezado reuniones con diversos dirigentes políticos, muchos de ellos vinculados al gobierno de su hermano Ollanta Humala, a fin de organizarse para las próximas elecciones presidenciales, lo que indica que se allanará a las reglas de juego que plantea el sistema electoral peruano.
El hecho de que Antauro Humala postule en unas elecciones democráticas, luego de que renegara del actual Estado peruano como entelequia de la nación, muy probablemente será utilizado por sus correligionarios como un símbolo de moderación política.
Sin embargo, se debe considerar que el pragmatismo político alrededor del mundo ha enseñado que las instituciones son vulnerables cuando se las penetra, y no hay mejor forma de hacerlo que por vía institucional.
Para muchos, Antauro será el candidato de la izquierda peruana el 2026, para lo cual necesita bases sólidas en todo el país, algo no difícil de lograr con el apoyo y la logística del gobierno de turno que, según algunas tesis, parece haber encontrado un aliado.
Se especula que su salida de prisión este año ha tenido que ver con maniobras del Gobierno, como parte de una estrategia política que contribuiría a consolidar el poder de Castillo y mantenerlo en el cargo hasta el 2026.
Se espera que, para las próximas elecciones, Humala consiga el respaldo de toda la izquierda, empoderada y con recursos luego de cinco años de gobierno, lo que le brindaría una clara ventaja frente a cualquier adversario.
Esto en el contexto de un vacío de poder en la actual oposición política al gobierno de Castillo, lo que brinda el escenario propicio para que cualquier líder carismático colme los espacios políticos (no solo los de oposición), algo que probablemente beneficie a Antauro Humala, quien, como líder de los etnocaceristas, ha mantenido presencia mediática y se ha insertado en el imaginario de los peruanos como un elemento “complicado” de la política peruana.
Actualmente, varios de los líderes políticos que postularon el 2021, y que podrían representar una posibilidad frente a Humala, se encuentran en contiendas para las elecciones subnacionales (algo que los saca del mapa presidenciable).
Debido a esto, quien actualmente se perfila como su principal contendiente es Keiko Fujimori, que se encuentra al interior del país, en medio de una campaña de respaldo a las candidaturas regionales y municipales de su partido, algo que la devuelve al ruedo de la política luego de meses manteniendo un perfil bajo y comunicándose con sus seguidores principalmente por redes sociales; a pesar de representar la segunda fuerza política en el Parlamento y haber ocupado el segundo lugar en las elecciones presidenciales.
Además, las últimas tres contiendas presidenciales han demostrado que el fujimorismo mantiene un núcleo duro que le ha permitido llegar siempre a segunda vuelta.
Dadas las condiciones actuales, se puede asumir que una posible segunda vuelta el 2026 se daría entre Keiko Fujimori y Antauro Humala. El resultado, como todo en política, es incierto y dependerá de las alianzas que ambos personajes puedan hacer con las distintas fuerzas que representan al Perú como Estado y, claro, de cómo se comuniquen con sus electores.

*Artículo publicado en EXPRESO

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