Por Rocío Cano Guerinoni.-
Directora de ADR PERÚ – Law Firm Arbitraje
Gobierno o gobernar se refiere, a una entre muchas formas de pilotear o dirigir la sociedad, en particular aquella que presupone una relación jerárquica entre quien gobierna y quien es gobernado.
Gobernación, abarcaría las diferentes maneras en las que la sociedad puede ser dirigida y coordinada. Se distingue así: Gobernación por el gobierno, una gobernación con el gobierno y una gobernación sin el gobierno; estas dos últimas ya dan una visión de relación horizontal entre gobierno y sociedad.
Estado, mercado, negociación o cooperación, tercer sector (sector voluntario, ONG etc.), y las diversas formas de interacción entre todos ellos, constituyen las bases de la gobernación que rompe con la tradicional acción del gobierno y lo enfrentan a una “crisis de dirección jerárquica”
Toda esta complejidad responde a:
La presencia en la sociedad de distintas lógicas de racionalidad según el ámbito que hagamos referencia. La división de la sociedad en sistemas sociales erosiona la capacidad del estado para imponerse jerárquicamente sobre ellos.
El problema de abordar el creciente pluralismo social, en gran medida organizado corporativamente.
La propia descentralización y fraccionamiento creciente de los órganos estatales o de autoridad pública.
La interdependencia y el encadenamiento existente entre las partes (individuos, grupos) y el todo (la sociedad, el estado); el modo y el grado de dependencia de las partes entren sí y entre cada una de ellas y el todo.
Los nuevos desafíos de la mundialización que hacen que la acción estatal se vea condicionada por otros actores más inmunes a su control directo (otros estados, transnacionales, organismos internacionales etc.)
Esta complejidad refleja las dificultades de la política por controlar por sí misma los distintos procesos sociales que supuestamente debería controlar. Se da entonces una des jerarquización de relaciones entre Estado y sociedad, por lo tanto, la dirección política ha de interactuar con la auto regulación social.
Entonces no se debe hablar de una crisis de gobernabilidad sino en un cambio de forma en el ejercicio del poder del Estado.
Tenemos un Actor Versátil, el cual está tratando de poner paños fríos a la crisis de la gobernabilidad y a la fiebre de la sociedad; también mal llamada, hoy en día “PUEBLO”.
Resumiendo:
El estado de nuestros días no puede ser representado con las categorías tradicionales, y
Que esta situación tiene su origen tanto en la mundialización, como en el propio crecimiento de la complejidad interna de las sociedades desarrolladas.
¿Cuál es entonces el margen de maniobra del estado actual?, ¿Cómo puede hacerlos frente dada la indudable erosión de su autonomía y soberanía tradicional?
1. Hay que tener en cuenta que ceder o perder soberanía y/o autonomía no es un proceso irreversible ni dramático, sino que es una estrategia de los órganos políticos para lidiar con el entorno.
2. La prueba del éxito dependerá de su capacidad para seguir funcionando como referente fundamental a partir del cual puede tematizarse la unidad política de la sociedad.
