FOTO: ANDINA

(PERU21 09 / 11 / 2020) En periodos de crisis, el empleo es lo último o el que más tarda en recuperarse, asegura Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE). Y en efecto, las actuales tasas de desempleo confirman esta cruda realidad, ya que solo en Lima Metropolitana el número de personas desocupadas fue de 742,700 en el trimestre de julio a setiembre, según el INEI.

Este dato es realmente relevante y preocupante a la vez, señala el economista, ya que significa un incremento de 147% respecto al mismo periodo del 2019, es decir, ahora hay 442,100 desocupados más y en búsqueda activa de trabajo.

Sin embargo, así como el desempleo se ha más que duplicado, también se han dado esfuerzos por parte del sector privado -que ha sido el más golpeado- en recontratar personal, aunque de a poco, señala Jorge Toyama, socio de Vinatea & Toyama.

Sin duda no se está yendo al mismo ritmo de la economía, y esto responde a que el Estado no ha reactivado todas las actividades económicas, a que los sectores ya reestablecidos no están al 100% (servicios, restaurantes, comercio) y a que la misma crisis no permite generar el empleo adecuado, indica.

Antes el desempleo no llegaba a más del 5% ahora este supera el 10%, aproximadamente”, acota.

Toyama refiere, además, que mucha gente ha cambiado de giro de negocio y la mayoría se ha concentrado en el sector informal.

Macera sostiene que es posible que este año la informalidad esté más cerca al 80% (hoy en 72%), lo que significaría un retroceso de 10 años.

No solo la informalidad ha crecido, el subempleo también, asegura el laboralista. La población ocupada subempleada (quienes trabajan menos horas o por menos dinero) se incrementó en 17,9% (312,900 personas). “Los limeños hoy ganan 12,5% menos que antes del Covid-19”, asegura.

Toyama afirma que el impacto del Covid-19 no solo es cuantitativo, también cualitativo. “La desigualdad laboral en términos de calidad se ha incrementado, ahora las mujeres, los jóvenes (18 a 24 años) y las personas de recursos económicos más bajos (obreros, empleados, auxiliares, etc.) están peor que antes”, asevera.

Precisa, incluso, que ya hay 3 millones de jóvenes que ni trabajan ni estudian, 50% más que antes.

A nivel de sectores, Toyama y Macera coinciden en que servicios (turismo, bares, discotecas, educación, entretenimiento, entre otros) es sin lugar a dudas el más azotado por esta pandemia; seguido por construcción, ya que las grandes obras aún están paralizadas; manufactura en menor medida y, finalmente, comercio.

La recuperación es de largo aliento, hay empleos que simplemente no se recuperarán y muchas empresas que no reabrirán; pero confían en que en el escenario más optimista se retomaría a los mismos niveles de empleo del 2019 hacia el 2022.

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